lunes, 23 de mayo de 2011

TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS

ERRAR ES HUMANO



Texto para estudio: Jeremías 32.16-20, 24-27, 43,44






* ¿Cómo es el Dios en quien cree Jeremías?



* ¿Cuál es la inquietud de Jeremías?






Aquí se ve lo humano que fue. Acaba de comprar el campo y se quedó pensando. En su inseguridad oraba a Dios y trataba de asegurarse a sí mismo, recordando la majestad de Dios y que no había nada imposible para el Creador que ve todo. Pero piensa: "Y sin embargo, Señor, tú me ordenaste que comprara y pagara aquel terreno, aunque la ciudad va a caer en manos de los caldeos". Es como decir: "Bueno, Señor, lo compré. Pero al pensarlo bien, ¿no te parece que esa situación sí es imposible para ti?"



Dios usa las mismas palabras del profeta para asegurarle que "no hay nada imposible para mí" y, en referencia directa a la duda, afirma que "en este país se volverán a comprar terrenos", y en exactamente la misma forma que lo hizo Jeremías frente a las dudas, Dios afirma su palabra: "Yo, el Señor, lo afirmo". "Señor Dios, ¿qué estás haciendo?" Esta es la pregunta de una persona de fe. La persona sin fe no va a preguntar sobre lo que hace Dios; la fe da a luz la búsqueda, la pregunta, la duda. Esa gran oración de Jeremías es un buen ejemplo.



¿Tienes dudas y preguntas? ¿Crees en Dios y deseas seguirlo aun cuando no veas lo que puede pasar?, o ¿por qué suceden determinadas cosas? Tómate el tiempo necesario para decirle tu inquietud con toda honestidad. La profecía de Habacuc ilustra este punto. Él interpela a Dios: "¿Hasta cuándo gritaré pidiendo ayuda sin que tú me escuches?". Dios responde: "Estoy a puntode hacer cosas tales que ustedes no las creerían, si alguien se las contara. Voy a poner en pie de guerra a los caldeos". Y Habacuc se queja: "Pero, mi Dios, ¡eso es peor que nunca! ¡Vas a emplear a los malvados caldeos! Estaré atento y vigilante tal como el centinela en su puesto, para ver qué repuesta das a mis quejas". Esta sí es una fe fantástica, en la duda sincera hay fe poderosa.



Dios nos invita a expresarle nuestras dudas con sinceridad.



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ORACIÓN: Señor Jesús, acepto el yugo que me pongas; quiere aprender de tí, que eres paciente y de corazón humilde; así encontraré descanso. Amén.



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- TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Un amor esperanzado



-Serie de devocionales



-Juan Harrower



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