jueves, 19 de mayo de 2011

TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Nº 20

CARTA A LOS EXILIADOS

Texto para estudio: Jeremías 29.1-14


* ¿Quién se había llevado a los desterrados de Jerusalén? ¿Adónde?

* ¿Cuál debe ser la actitud de los exiliados en su nueva situación?

* ¿Qué cualidades se destacan en Jeremías?

* ¿Qué fue lo que tuvo que aprender el pueblo de Dios en esta etapa?

* ¿Qué muestras encontramos de la fidelidad de Dios?


Dios exhorta a su pueblo a orar

- Pídanme a mí por ella.

- ¿Cómo? ¡Que oremos a favor de los odiados paganos! Esa basura babilónica, imperialista, cruel, que destruyó mi patria, mi familia, el templo; que nos llevó 1 000 kilómetros por el destierro, ¿orar por ellos? ¡Ay, Dios mío, no puede ser!

El exilio es traumático. Todo lo que le daba identidad y sentido a Israel había desaparecido, y ella se pregunta: "¿Quién soy ahora? ¿Cómo viviré?"

Ante esta inquietud y en contra de los falsos profetas que decían que pronto volverían a Jerusalén (Jer 29.8, 9, 21, 31, 32); Jeremías exhortaba a los desterrados: "construyan casas, planten árboles, cásense", "trabajen en favor de la ciudad" y "pídanme a mí" por el odiado poder pagano. Esta acitud no tiene antecedente en la época y se perfecciona en Jesús, "Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen" (Mt 5.44).

"Bienestar" es la palabra que traduce el concepto hebreo Shalom -que significa calidad total y completa de vida, la salud dinámica y cretaiva que llena a la sociedad con sentido divino y amor transformador. Significa comprometerse en el lugar donde uno se encuentra, por más pagano que sea, pero no conductas paganas sino con conductas divinas: construir, plantar, casarse, trabajar y orar.

Sin embargo, está la preocupación por el futuro, pero no hay motivo de preocupación si aprendemos de la historia. El imperio babilónico duró alrededor de 70 años, entre el 613 y el 539 a.C. Su destino no fue eterno, aunque en el momento esto no parecía posible. Como dice Esdras 1.1 "Para que se cumpliera la palabra del Señor anunciada por Jeremías". Tal como Dios es Señor del pasado, el futuro también está en sus manos: "Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su Shalom".

Todos vivimos experiencias de exilio: pérdida, enfermedad, traslado, accidente, separación, muerte, etcétera. ¿Cómo los vivo? ¿Enfoco todo sobre lo que está mal en el mundo y me siento a llorar y quejarme? ¿O enfoco mis energías en vivir y trabajar el shalom de la ciudad? El exilio, o la pérdida de todo lo que pensábamos que era importante, puede iniciar una búsqueda que, hecha de todo corazón nos llevará a encontrar lo más importante: a Dios y el shalom del pueblo.

Trabajemos en favor de la ciudad.

Compartamos con otros cómo el Señor nos mostró su voluntad -en nuestra vida personal y comunitaria-.

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ORACIÓN: Gracias, Señor, que cuando te buscamos te encontramos, que tienes planes de vida, de shalom para darme un futuro lleno de esperanza. Te pido en favor de mi ciudad. Amén.

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TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Un amor esperanzado

-Serie de devocionales

Juan Harrower

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