sábado, 21 de mayo de 2011

TREINTA DÍAS CON JEREMIAS - Nº 23

JEREMÍAS COMPRA UN TERRENO

Texto para el estudio: Jeremías 32.1-15


* ¿Cuál es la situación de Jeremías?

* ¿Qué hace Jeremías?


Cuando los amigos se enteran de lo que ha de hacer Jeremías, van y le hablan; están preocupados. Escuchemos:

-¡Estás loco Jeremías! ¿No ves que los caldeos ya ocupan Anatot? Hace meses que rodean Jerusalén. Tú mismo dijiste que destruirían todo. Y ahora, ¿vas a comprar un terreno? ¿No ves que este vivo Hanameel quiere deshacerse del terreno justamente porque no vale nada? ¿Vas a pagarle, buscar testigos, pagar el sellado, hacer dos copias y guardarlas en una vasija de barro? ¡Por favor; esta vez te has vuelto totalmente loco!

La esperanza va en contra de la opinión pública, la razón y la tradición. Por eso lo que orientó a Jeremías a comprar el terreno no fue el sentido común, sino la palabra de Dios. (El sentido común es el peor de los sentidos).

¿Cómo se dio cuenta Jeremías de que Dios quería que comprara el terreno? En primer lugar, Dios le había avisado del motivo de la llegada de su primo y cuando Jeremías lo escuchó, fue tal como el Señor le había dicho. En segundo lugar, era coherente con la promesa de restauración nacional: "En esta tierra, volverán a comprarse casas, campos y viñedos" (cf. 31.16,17).

¿Por qué "dos copias del contrato, una sellada y otra abierta"? La abierta quedaba como señal pública de la esperanza y para animar al pueblo en el exilio. La sellada para "tener memoria" de la fidelidad de Dios para las futuras generaciones.

Toda la transacción muestra la tremenda fe de Jeremías en las promesas de Dios. Era una señal muy fuerte de esperanza que mostraba que habrá un futuro, un 'después' del exilio. A la luz de esta acción, no hacía falta preguntar a Jeremías si creía en el Señor y en su mensaje; la vida del mensajero era el mensaje.

La activa vida de fe del creyente es una fe que se concreta en hechos. "Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera". Esperar es invertir en lo que creemos. ¿En qué invierto mi tiempo, mi dinero, mis capacidades, mis sueños, mis vacaciones?

Vivamos la esperanza del evangelio.

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ORACIÓN: Dios, Señor todopoderoso que guardas tesoros en vasijas de barro, y me invitas a compartir por fe la esperanza eterna, ayúdame a vivir esa esperanza en los hechos concretos de cada día. Amén.

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-TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Un amor esperanzado

-Serie de devocionales-

Juan Harrower

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