viernes, 13 de mayo de 2011

TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Nº 14

Introducción a los días 14 al 20


Después de la muerte de Josías, su hijo Joacaz asciende al trono, aunque sólo por tres meses. Cuando regresa de su campaña el faraón que mató a Josías, destituye a Joacaz y coloca en su lugar a su hermano Joacím. De él se puede leer en 2 Reyes 24.1-7.

El enemigo de Israel en ese momento era Egipto, de quien el rey Joacim era servidor. Pero en ese tiempo comienza el crecimiento del imperio babilonio y decae el poder de Egipto.

Jeremías tiene conflictos con Joacim. Como veremos es él quien quema los escritos que redactan el profeta y su secretario Baruc. El rey también rechaza las reformas religiosas introducidas por su padre. Por todo esto la decadencia del país se hace cada vez más inminente.


PROFECÍA ACERCA DE JOACIM

Pasaje para estudio: Jeremías 22.13-19


-Dios no estaba conforme con el rey Joacim, ¿por qué?

-¿Cómo reinaba Josías, el padre de Joacim?


La ambición del rey Joacím era la de parecer ser un rey muy poderoso, por eso decidió construir un gran palacio. Esta fue su gran equivocación: confundir las apariencias con la realidad. Dios le dijo: "Tu padre gozó de la vida, actuaba con justicia y rectitud, y por eso le fue bien". Se es buen rey no por la 'pinta' del palacio sino por reinar bien.

Reinar con justicia y rectitud es más que desistir de hacer mal, es defender los derechos de pobres y oprimidos. En vez de abstenerse de la 'coima' y la violencia, mejor es extender la mano al marginado. Un gobierno tiene autoridad y libertad, y abusar de esa libertad para imponerse y explotar al otro es una terrible perversión del privilegio de gobernar. Por eso un gobierno corrupto traiciona a su pueblo.

¡Qué contraste con Josías, el padre de Joacím! Dice el texto: "Todo Judá y Jerusalén lloró la muerte de Josías y Jeremías compuso un poema fúnebre" (2 Cr 35.24). Pero para el hijo, "no habrá nadie que llore su muerte". La base de la prosperidad del padre era espiritual: "eso es lo que se llama conocerme", expresó el Señor. Un reinado auténtico se logra con la ayuda de Dios, y con la autoridad moral y servicio al pueblo; un rey auténtico no necesita de una corona y aun menos "vivir rodeado de cedro".

¡Qué extraño lo del padre e hijo! El padre de Josías fue infiel a Dios y su hijo fue fiel, y el fiel Josías tuvo un hijo infiel.

Conocer a Dios no depende de nuestros padres, aunque sean muy influyentes, sino de nuestra respuesta a Dios. "Pero tú, ¿sólo te preocupas por las ganancias mal habidas, o actúas con justicia y rectitud?" (ver Santiago 1.27 y 2.14).

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Oración: Al meditar sobre la vida y la muerte del rey Joacím, ayúdame, Señor, a aprender a orar por el gobierno y a caminar con mayor compromiso y compasión hacia el prójimo. Amén.

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TREINTA DÍAS CON JEREMÍAS - Un amor esperanzado

Serie de devocionales

Juan Harrower

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