sábado, 7 de mayo de 2011

30 DÍAS CON JEREMÍAS (7)

LA INFIDELIDAD

Texto para estudio: Jeremías 2.4-13


¿Cómo se sintió Dios cuando Israel rompió su relación con él?

¿Qué papel jugaron los líderes de Israel en su alejamiento de Dios?

EL ALEJAMIENTO

Hay un antiguo refrán que dice: «Si te sientes lejos de Dios, ¿puedes saber quién se alejó?» La respuesta correcta es: «Tú, porque Dios no se aleja de su pueblo.» Entonces, al ver el alejamiento de su pueblo, Israel, nos damos cuenta del dolor divino. Dios preguntó: «¿Qué encontraron de malo en mí?, no se preocuparon por buscarme a mí, que los saqué..., guié..., traje...» El Señor se siente asqueado: «¡Espántate, cielo, ante esto! ¡Ponte a temblar de horror!»

Esta angustia nos lleva a entender el dolor que vive Dios, cuando rompemos la relación de amor con él. Al ver a Jesús colgado en la cruz, comenzamos a comprender la profundidad de su amor y nos damos cuenta del precio que pagó por salvarnos.

LA INFIDELIDAD

La infidelidad del pueblo empieza cuando dice: "No tengo ganas", "no me interesa"; "cuando se olvida." El «doble pecado» de Israel comenzó así; Dios dice: «Me abandonaron a mí, fuente de agua viva» (v 13). Podemos preguntar, ¿es natural no tomar agua cuando está disponible? ¡Claro que no! Necesitamos agua para vivir. Pero Israel ignoraba su fuente de «agua viva» que le había servido fielmente. Y de allí el segundo pecado: «hicieron sus propias cisternas»

No podemos vivir sin agua y cuando se ignora el «agua viva» se busca agua de algún otro lado. Y es así que el abandono se convierte en alejamiento. El hombre tiene sed de Dios y al ignorarlo ésta se convierte en sed por sus propios dioses. Como dijo el apóstol Pablo: "En lugar de la verdad de Dios, han honrado y adorado las cosas creadas por Dios y no a Dios mismo" (Rom 1.25). De esta manera nos convertimos en lo que adoramos.

La necesidad y la rebelión del hombre se muestran en que persiste en tomar agua de un pozo roto, cuando tiene a su disposición la fuente de agua viva.

Jesús dijo: «El que no está a mi favor está en mi contra» No se puede ser neutral. La vida es una escalera, hacia Dios o hacia el infierno. Entonces, ¿qué escalera tomo?

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«Si alguien tiene sed, venga a mí y beba.» Jesús (Juan 7.37).

«Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por tí, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo». (Salmo 42.1-2a). Que así sea.

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