lunes, 29 de junio de 2009

IR A CASA

"No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar, Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté" -Juan 14.1-3 NVI.
Leí una historia que ilustra bien este punto. Cuando Teodoro Roosevelt era presidente de los Estados Unidos de Norte América, una pareja misionera volvía a casa para jubilarse después de largos años al servicio del Señor en África. Durante el viaje por mar, se enteraron que en el mismo barco estaba el Presidente, que estaba volviendo de uno de sus safaris. Él viajaba en primera clase y ellos apenas en tercera clase. Cuando llegaron a Nueva York, no podían creer cómo recibieron a Roosevelt, los oficiales del gobierno, la prensa, una muchedumbre de gente, incluso una banda ruidosa. Pero nadie estuvo allí para recibirlos a ellos.
Una vez en su pequeño apartamento la esposa notó que su marido estaba inusualmente reservado y aislado, entonces le preguntó cuál era el problema; él le dijo con gran irritación, "¡No te parece injusto que después de todos estos años de servir fielmente al Señor en el campo misionero, hayamos viajado en tercera clase, mientras que el Presidente viajó en primera clase; nadie nos recibió en el muelle mientras que a él lo saludaron como a un héroe. Ahora él está viviendo en una mansión mientras que nosotros estamos aquí en este pequeño apartamento!"
La esposa le preguntó sabiamente: "Le has dicho al Señor cómo te estás sintiendo?" Y él contestó: "no , no lo he hecho todavía, pero lo haré".
Fue un tiempo largo en que el esposo estaba descargando su corazón al Señor. Cuando volvió, la esposa pudo ver que una gran paz había venido sobre él. Ella le preguntó "Le has dicho a Dios cómo te estás sintiendo, ¿y te ha dado Dios alguna respuesta?" Él contestó con tranquilidad: "Él me recordó que todavía no estamos en casa."
Si a veces nos sentimos despreciados y poco valorados por nuestro servicio al Señor, tengamos presente que nuestra recompensa será cuando lleguemos a esa casa donde nos espera el Señor.
Oración: Dios mío, gracias por lo que estás preparando para mí.

EL VALOR DE LA AMISTAD

En todo tiempo ama el amigo, para ayudar en la adversidad nació el hermano.

Proverbios 17.17 NVI


La sociedad actual se parece al individualismo de la mayoría de los pasajeros del Titanic. Se suele juzgar apresuradamente a los amigos de Job. "Consoladores de Job" pasó a ser un término despectivo. La amistad es hoy uno de los grandes valores y recursos para hacer frente a la adversidad, sobre todo la de personas prudentes y virtuosas. No eran amigos superficiales.


Continuaron siendo amigos en la adversidad. Otros (19.14), eran amigos de la prosperidad. Tuvieron compasión de su dolor, si su amigo estaba mal ellos no podían estar bien. Ser misericordioso y compasivo es tener el corazón de Dios. Le acompañaron, se sentaron con él en el dolor como antes se habrían sentado en cómodos almohadones de banquetes. El ministerio del silencio es a veces más importante que el ministerio de las palabras.


Oración: Señor, ayúdame a valorar a mis amigos.

sábado, 27 de junio de 2009

LLENOS DE FRUTOS DE JUSTICIA

Filipenses 1.3-11


La carta del apóstol Pablo a los Filipenses se conoce también como la «Epístola del Gozo». Esta epístola, junto con la dirigida a Filemón, es la más personal de cuantas poseemos del apóstol Pablo. Es el testimonio de un sentir gozoso y de mutua gratitud: de Pablo hacia los filipenses, que lo habían socorrido en momentos muy difíciles para él; y de los filipenses hacia Pablo, agradecidos por la labor que entre ellos había realizado, cuando les visitó durante su segundo viaje misionero.

La Iglesia en Filipos fue la primera que se fundó en Europa, de congregación predominantemente gentil. Esta era una importante "ciudad de la provincia de Macedonia" (Hechos 16.12), y estaba situada sobre la célebre "Vía Egnatia", que comunicaba a Roma con el Asia Menor.

Este texto (Fil 1.3-11) que nos ocupa hoy nos propone una serie de paradigmas que deseo compartir con ustedes. El pasaje refleja una serie de rasgos característicos de la vida cristiana que quiero resaltar, conscientes del papel para el cual el Señor nos ha llamado a desempeñar en nuestro medio.

Como hemos visto, el tema básico de la epístola es el gozo. Un fragmento de una poesía del poeta nicaragüense Rubén Darío, quien, al parecer inspirado en este pasaje, dice: «hemos de estar siempre gozosos, tal dijo Pablo, el elegido, con divina voz, y a través de todos los claros caminos, caminar llevando puesta el alma en Dios». Efectivamente, Pablo pone el alma en Dios, porque sitúa el gozo en el contexto de la oración; dice: «Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por vosotros». El autor de la carta nos invita, como líderes cristianos, a poner nuestra alma en Dios, el sustentador de nuestra fe, a través de una intercesión gozosa. Pablo en toda la epístola se refiere además al gozo de que Jesucristo sea predicado (1.18); el gozo de la fe (1.25); el gozo de ver unidos a los cristianos (2.2); el gozo del sufrimiento por Cristo (2.17); el gozo del encuentro con la persona amada (2.28); el gozo de la hospitalidad cristiana (2.29); el gozo de la firmeza en el Señor (4.1)., Estas son manifestaciones del gozo, todas vigentes para nuestro tiempo y lugar.

Pablo ora también por la comunión de los filipenses. El tema de la unidad es un tema esencial de nuestra fe. El Señor nos está llamando, como líderes de la Iglesia a predicar y a vivir la unidad. El autor de la epístola nos invita a orar y a obrar por nuestra "comunión en el evangelio" , como un punto e arranque para toda la Iglesia. El Señor nos llama a predicar y atrabajar por la unidad en la diversidad, una «comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora», para el beneficio y la propia unidad de nuestro pueblo, razón de ser de la Iglesia; porque como Pablo nos recuerda en el versículo 7, todos nosotros somos participantes con él de la gracia de Dios.

Todo esto, naturalmente no es fácil. El texto también, para ser más real y actual se refiere al sacrificio. En el versículo 6 Pablo dice que confía en que Dios, que comenzó la buena obra en los filipenses, la continúe y complete de tal manera que estén preparados para el «día de Cristo». De modo que el autor considera la vida de cada cristiano como un sacrificio preparado para ofrecerse a Jesucristo, por medio de nuestro prójimo. Es la misma imagen que encontramos en Romanos donde se dice que los fieles ofrezcan sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios (12.1).

Pablo también hace referencia al amor. "Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión..." Y ese amor no es un mero sentimiento, es un amor que ha de crecer de continuo en conocimiento y en percepción sensible, para que seamos más y más capaces de distinguir entre el bien y el mal, por lo cual, el amor tiene un componente de corazón, pero también de comprensión. Y es precisamente en este contexto, en que debemos ver el desarrollo del conocimiento, tarea esencial de la Iglesia. Así, ella misma no es vista como un fin en si misma, sino en el contexto del amor, el cual es siempre camino al conocimiento. A la luz de este pasaje debe quedar claro que el Nuevo Testamento esta tratando de expresar el carácter único de la relación entre el creyente y Cristo, la cual comprende un elemento de conocimiento.
Así el Señor, cuando llegue "el día d Cristo" (v. 10) no nos juzgará por nuestros títulos en teología o por el nivel de nuestro conocimiento, sino por la aplicación de este a nuestras obras de amor. Por esta razón, el texto concluye con una invitación a estar "llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo" (v. 11). "Por sus frutos los conoceréis", dice el Señor en los evangelios. De manera que el conocimiento y la comprensión son caminos que nos acercan al amor de Dios, encarnado en Jesucristo.

EN ESTO PENSAD...

Un rabino le preguntó a sus alumnos:
-¿Cuándo, al amanecer, se puede diferenciar la luz de las tinieblas?
Un alumno contestó:
-Cuando me puedo dar cuenta de la diferencia entre una cabra y un burro.
-No -le contestó el rabino.
Otro alumno respondió:
-Cuando me puedo dar cuenta de la diferencia entre una palmera y una higuera.
-No -contestó nuevamente el rabino.
Entonces los alumnos lo presionaron y le preguntaron:
-¿Cuál es, pues, la respuesta?
Y contestó el rabino:
-Cuando mires el rostro de cada hombre y de cada mujer y veas en ellos a tu hermano y a tu hermana. Sólo en ese momento has visto la luz. Todo lo demás es tinieblas.

viernes, 26 de junio de 2009

DIOS ES DIOS

«Lo llamó por su nombre y él contestó: Aquí estoy. Y Dios le dijo: Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré» (Génesis 22.1-2 NVI).
No cabe duda que fue Dios el que habló a Abraham. Y tampoco Abraham se equivocó cuando obedeció lo que Dios le había dicho.
Si en esta situación le hubiésemos preguntado a Abraham -"¿Cuál es la voluntad de Dios?"-, él nos hubiera respondido -"Que tome a mi hijo y lo sacrifique"-. Abraham estaba cien por ciento en la voluntad de Dios, cuando tomó a su hijo, la leña y el cuchillo. Tal vez no entendía nada. No sabía el por qué, había escuchado la voz de Dios y estaba obedeciendo. A último momento, cuando ya tenía el cuchillo en la mano, de nuevo apareció Dios, y a través del ángel del Señor, le dijo: -"detente"-.
¿Te encontraste alguna vez en una situación así? Después que trabajaste en un plan que Dios te dio y viste cómo Dios confirmó tu trabajo. Después que experimentaste cómo Dios respondió a tus oraciones y tuviste la paz de saber en el corazón, que realmente estabas caminando en la voluntad de Dios. Cuando faltaba poco para cumplir con la meta; de repente Dios cambió todo. ¿Cuál fue tu reacción? Muchas veces nos enojamos, no entendemos nada y solamente preguntamos ¿por qué?
Cuando Dios nos habla, lo primero que Él espera, es que le obedezcamos. Pero muchas veces lo primero que nosotros hacemos es cuestionar y preguntar el por qué. Siempre tratamos de entender la voluntad de Dios en lugar de obedecerla.. En Isaías 55.8 Dios dice que sus pensamientos son más altos que los nuestros y sus caminos no son nuestros caminos. Si Dios no tiene el derecho de cambiar nuestros planes a último momento, entonces ya no es Dios. Si Dios es el Señor sobre todas las cosas, entonces tiene el derecho de cambiar los planes cuando Él quiera. Dios es Dios.
Señor, estoy dispuesto a obedecerte aunque no lo entienda.
J. S.

ELEMENTOS DEL TRABAJO EN EQUIPO

«Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar» (Marcos 3.14 NVI).
Muchos pueden dar diferentes listas de elementos del trabajo en equipo. Yo quiero mencionar dos que son básicas: el trabajo y el equipo.
En el pasaje vemos que Jesús establece su equipo de trabajo. Estos eran sus discípulos, que luego serían sus apóstoles. La tarea que el Señor Jesús les tenía preparada era anunciar el Reino de Dios mediante la predicación y realizando milagros. Este era el trabajo.
Pero el versículo también dice que los eligió para que estuviesen con Él. Esto implica una interrealción personal. Para que el trabajo del equipo esté bien, el equipo debe estar bien. Jesús no sólo quería darles trabajo, también quería compartir con ellos, comer con ellos, conversar con ello, disfrutar los días lindos y soportar los días malos. Quería establecer un vínculo de amistad y amor con ellos; y también entre ellos.
Si tú trabajas para Dios en un equipo determinado, dos enseñanzas de este versículo te pueden servir:
  • Dios no sólo quiere que trabajes para Él, también quiere que te relaciones con Él. ¿Tienes en cuenta a Dios cuando haces algo? ¿Tomas tiempo para orar y leer la Biblia? Dios quiere desayunar contigo, caminar contigo, descansar contigo. Si tu ministerio es puro trabajo no está del todo bien.
  • Él quiere que des importancia a las relaciones interpersonales en tu equipo de trabajo. Los miembros de tu equipo deben ser amigos. Deben darse tiempo para comer juntos, salir de compras o quizás ir a un parque y disfrutar juntos contemplando la hermosura de la naturaleza. Si las relaciones del equipo están bien, el trabajo saldrá bien.

Recuerda: En el trabajo de equipo, no es todo trabajo; también hay equipo.

F. R.

TODO LO QUE HAGAN, HÁGANLO CON AMOR

"Hagan todo con amor" (1 Corintios 16.14 NVI).
Si entendiéramos en plenitud lo que significa que Dios nos hizo por amor, y nos ha amado desde siempre, se nos terminarían los complejos e inferioridades... porque Él nos ama tal cual somos, independientemente de nuestra condición espiritual, psíquica o física. Por amor, dio a su Hijo por nosotros (Juan 3.16), por amor nos acepta como somos y desea ser nuestro Padre protector.
Permitámosle a Dios que nos envuelva con su amor... para así poder "actuar por amor".
Dios nos hizo de esa manera, por eso desea que vivamos por amor. Si el amor de Dios es nuestro principal motivo para vivir, muchas cosas que nos parecen difíciles se hacen fáciles (1 Corintios 13.1-3).
Si Él lo dio todo por amor ¿no merece la misma respuesta de nuestra parte?
El amor es una decisión del corazón, que comienza cuando recibimos el amor de Dios y decidimos ser fieles a ese amor, respondiendo de la misma manera. Sabiendo que el origen del amor es Dios mismo.
Amando a Dios somos libres de los temores, y en especial somos libres del condicionamiento de que "tenemos que hacer algo" para ser aceptados por Dios.
Amando a Dios, podremos amar a los demás, aún a quienes nos han lastimado. Vivir por amor y servir a Dios por amor es la motivación más importante que podemos tener.
Un profundo amor a Dios mantiene nuestra relación fresca y nos motiva a reconocer nuestros pecados porque no nos gusta lastimar a quienes más amamos.
El amar a Dios nos motiva a serle obedientes en todo y hace de nosotros verdaderos adoradores. ¡Animémonos a amarlo y conocerle cada día más".
F. Z.




viernes, 19 de junio de 2009

UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

ANÁLISIS BÍBLICO
Efesios 4.1-6
LA UNIDAD

* El concepto de unidad no es común en el Antiguo Testamento. Por lo general cuando se habla de algún tipo de unión, se usan las expresiones alianza o pacto, que significan las relaciones recíprocas entre dos partes con todos los derechos y deberes que tal reciprocidad genera (Génesis 15.1-21; 17.1-7; Éxodo 24.7). Dentro y fuera del àmbito bíblico la alianza o pacto era algo sagrado y se realizaba bajo la proteción y vigilancia de una divinidad. En la tradición israelita se pueden enumerar varias alianzas o pactos, tanto a nivel horizontal entre hombres y/o naciones, y otras en sentido vertical entre estos y Dios.
* En los evangelios la unidad que se enfatiza es la del Padre y el Hijo (Lucas 2.49; Juan 14.9-11) aunque no se banadona el valor de la comunión de unos con otros (Juan 17.21).
* En las cartas paulinas el concepto de unidad se hace presente de forma reiterada, ya que el Apóstol se percató, desde el mismo comienzo de su ministerio, de que era la única garantía para el éxito. El libro de Los Hechos, por su parte afirma la misma idea desde sus inicios (Hechos 2.44; 5.12).
EL TEXTO Y SU CONTEXTO
Cuando Pablo escribía su carta a los Efesios estaba en la prisión romana esperando comparecer ante Nerón. El Apóstol manifiesta que no se siente preso a cuasa de las leyes romanas, sino a consecuencia de su fidelidad al Evangelio. Por esta razón se proclama: preso en el Señor.
En los tres primeros versículos enumera cinco de los grandes conceptos de la fe cristiana. El primero es la humildad, llamada por muchos "el cofre de todas las virtudes". Después habla de la mansedumbre a la cual le sigue la paciencia y el amor, todo lo cual conduce a la paz.
En apretada síntesis relaciona lo que consideraba la base firme de toda unidad:
1. Un cuerpo: la Iglesia de la cual Cristo es cabeza.
2. El Espíritu: aliento vivificador del cuerpo de la Iglesia.
3. Una Eperanza: todos marchamos hacia la misma meta.
4. Un Señor: Jesucristo (Filipenses 2.11).
5. Una fe: lo cual no significa un solo credo o una sola liturgia.
6. Un bautismo: expresión más alta del testimonio cristiano.
7. Un solo Dios: por todo y para todos.

viernes, 12 de junio de 2009

LA CONSTANCIA DE JOSÉ

José a través de la vida probada y afligida, podía sentir el espíritu de Dios que lo acompañaba. En el sufrimiento forjó su espíritu, desarrolló dones y también el fruto del Espíritu Santo.
Podemos observar algunas características que distinguieron su vida:
-Disciplina en el sufrimiento.
-Confió siempre en la Justicia de Dios.
-Se mantuvo heroicamente fiel a Dios.
-Se elevó desde la prisión al trono, de la humildad al máximo honor.
Todos estos pasos no se debieron a cualidades humanas, sino que el Espíritu Santo lo guió en todas las circunstancias y le dio poder para sobrellevarlas en victorias y santidad.
Nos toca a nosotros ser sensibles a su presencia, caminando en sus caminos, sin rebelarnos.
El soberbio rey de Egipto tuvo que ser el primero en reconocerlo, de la misma manera la gente que te rodea, ¿puede decir que el Espíritu de Dios está en tu vida? El mundo debe glorificar a Dios por nosotros, obligados a hacerlo por la sabiduría, templanza y virtudes del Señor reflejadas en nuestras vidas.
¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios? Luego le dijo a José: -Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú.
Génesis 41.38-39.

EL LEÑADOR

LA ZORRA Y EL LEÑADOR
Una zorra era perseguida por unos cazadores cuando vio a un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
De inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
Con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se confiaron en lo dicho por su palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
El leñador le reprochó que a pesar de haberla salvado, no le diera las gracias, a lo que la zorra respondio:
-Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
«No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras» - Esospo

jueves, 11 de junio de 2009

YO TAMBIÉN

«...he decidido escribírtelo ordenadamente, para que llegues a tener plena seguridad de lo que te enseñaron» (Lucas 1.3-4 NVI).

Muchos piensan que sólo los que pasaron por un Seminario Bíblico pueden ser misioneros y que las misiones sólo son para maestros y predicadores. Lucas no era un teólogo, sino un hombre de ciencia, un historiador y médico. Y sin embargo él contribuyó con sus habilidades en el cumplimiento de la Gran Comisión. Cuando dijo: "me parceció también a mí" se ve a sí mismo no sólo como un recipiente del evangelio, sino a alguien que podía hacer algo más. Sus dos grandes aportes son:

a) Se hizo misionero bivocacional acompañando a Pablo en sus viajes, apoyando con conocimientos médicos y aprovechando el tiempo para tomar notas que luego le servirían para escribir el libro de los Hechos de los Apóstoles.

b) Su gran obra literiaria-científica de dos tomos (el Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles), una investigación histórica de primera mano, entrevistando a los mismos testigos oculares, que ha traído bendición a miles de millones de personas hasta hoy.

¿Cuántos conocimientos y habilidades hemos adquirido? Es hora también de dar y no sólo de recibir. Lucas fue un hombre que puso a disposición de Dios lo que tenía y lo que sabía. Su expresión "me pareció también a mí", muestra su iniciativa propia de ver cómo podría ayudar... y lo hizo.

¿Estás dispuesto tú a entregar lo que tienes para que el nombre de Jesús sea conocido?

F.R.

EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA

El apóstol Pablo tenía muy claro que el secreto de una vida cristiana agradable a Dios era una vida llena de agradecimiento (Colosenses 2.6-7). Y así también nos advierte que en los últimos tiempos los hombres serían ingratos (2 Timot3eo 3.1-5).
Y efectivamente, vivimos en un mundo que todo el tiempo está creando ambiciones y con mucha facilidad nos vemos envueltos en una constante insatisfacción por lo que tenemos y somos, en donde nunca nada es suficiente.
Muy contrario al espíritu del mundo, Dios nos dice: «Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: "Nunca te dejaré, jamás te abandonaré"» (Hebreos 13.5 NVI).
Pero no sólo se trata de dar gracias por lo que "tenemos", sino también por todo lo que "nos sucede".
Dar gracias a Dios en los momentos difíciles nos ayuda a levantar la mirada del problema y ver las cosas desde otra óptica. Una actitud agradecida fortalece nuestra fe, para creer que Dios puede encargarse de nuestras circunstancias.
Ser agradecidos por todo debe ser parte de nuestro estilo de vida, es una decisión del corazón. Debe convertirse en una reacción natural de nuestro carácter, el hábito de nuestro pensamiento.
Si practicamos el dar gracias por las dificultades, sin quejarnos, veremos como el Gozo del Señor va a ser nuestra fortaleza y la obra del Espíritu en nosotros será cada día más efectiva.
¿Te imaginas el poderoso testimonio que tu vida agradecida será para otros? ¿Cuántos quisieran tener a Jesús en sus vidas también?
«Den gracias a Dios en toda situación, porque esa es Su voluntad para ustedes en Cristo Jesús» (1 Tesaloncienses 5.18 NVI).

jueves, 4 de junio de 2009

JESÚS EN EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN

Por Luciano Grillo Gutiérrez
El relato que el apóstol Mateo nos hace del hermoso evento de la Transfiguración de Jesús, en compañía de tres de sus discípulos, y que ha servido de inspiración a pintores para hacer cuadros hermosos sobre el tema, encierra una enseñanza espiritual de gran trascendencia para nosotros.
Mateo al narrar este incidente en la vida de Cristo (17.1-8), nos muestra que el Maestro de Galilea y sus discípulos tuvieron alrededor de seis días de preparación, aparentemente después de la Gran Confesión y las enseñanzas dadas en esa ocasión, para que ellos llegasen a ser testigos de la Transfiguración de Cristo.
Esto indica que hubo un esfuerzo grande antes de llegar a este evento glorioso. La transfiguración era para los discípulos; Cristo no la necesitaba, pero ellos sí, y por esto fueron testigos de la misma.
Jesús escudriñaba siempre las Escrituras leyendo acerca de los antiguos profetas, lo cual hizo que Pedro, Jacobo y Juan se interesaran también en dicho estudio.
Después de muchos días que aquellos hombres estarían luchando por descubrir la verdad de los escritos de los profetas, fueron llevados por Jesús a un momento alto, donde al fin encontraron la verdadera revelación de Moisés y Elías. Ellos se encontraron en presencia de la eternidad, la gloria, y los visitantes hacían esto patente. Todo este acontecimiento estaba dispuesto para enseñar verdades espirituales.
Uno de los propósitos de la Transfiguración era fortalecer la fe de estos tres discípulos en la naturaleza divina de la Persona de Cristo, para que resistieran la sacudida de los días sombríos que se acercaban. Era también el gran testimonio culminante desde el cielo, de que Jesús era Aquél en quien todas las profecías del Antiguo Testamento convergían y hallaban su cumplimiento. Allí, mientras Jesús oraba (Lucas 9.29), un fulgor interior cambió su fisonomía. Jesús se estaba manifestando a Sí mismo como el Hijo de Dios, superior a Moisés y a Elías que estuvieron allí como representantes de la Ley los Profetas.
Muchas veces sucede que estamos como enredados en un problema cualquiera, hasta que nos aislamos de la muchedumbre que nos rodea y damos a nuestro caso todo el cuidado que este requiere, y al fin somos iluminados, descubriendo verdades que hasta entonces desconocíamos.
Muchos han sido convertidos de malos en buenos, después de un profundo estudio de la Biblia, la eterna palabra de Dios.
Se interesa uno en conocer alguna verdad religiosa y al fin recibe una revelación espiritual que le pone en aptitud de poder vivir desde entonces en constante comunión con Dios.
Esos creyentes, después de convertidos, viven de manera tan distinta de cómo vivían antes, que sus vidas se vuelven completamente transfiguradas.. ¡Dios premia al que le busca!
Muchos seres humanos han tenido el privilegio de subir al Monte de la Transfiguración, viendo en un momento dado cosas que en muchos días y semanas, les estaban ocultas.
En la actualidad, lo mismo que en los días de Jesús, la gente vive despreocupada de toda<>
Esos seres materialistas, sin más ideales que reunir dinero, continúan en el montón, sin intentar4 descubrir verdad alguna. No así aquellos que imitan a Jesús, se alejan de la muchedumbre, y allá en un lugar aparte, son transformados, resplandeciendo como un sol, como Moisés en el monte Sinaí (Éxodo 34.20).
Si deseamos descubrir grandes verdades y tener una íntima comunión con Dios, vayamos a un lugar aparte, estudiemos las Escrituras, meditemos en ellas y oremos, hasta que seamos henchidos de una visión espiritual, como en el caso de Jesús y sus discípulos.
Necesitamos de estudio y meditación de las Escrituras, y oración para que tengamos el privilegio de una revelación por el estilo de Pedro, Jacobo y Juan en el glorioso evento de la transfiguración de Jesús. Nuestra experiencia tiene que ser renovada cada día. No podemos vivir en la de ayer.