Dijo entonces el Señor: «Ellos serán para mí un tesoro muy especial.»
He manifestado tu nombre a aquellos que del mundo me diste; tuyos eran, y tú me los diste, y han obedecido tu palabra. Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío; y he sido glorificado en ellos.Padre, quiero que donde yo estoy también estén conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria, la cual me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. El día que venga para ser glorificado en sus santos y admirado por todos los que creyeron.-Los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.-En la mano del Señor serás una hermosa corona; en la mano de tu Dios serás una regia diadema.
Malaquías 3.17; Juan 17.6, 9, 10, 24; 14.3; 2 Tesaonicenses 1.10; 1 Tesaloonicenses 4.17; Isaías 62.3.
Versión: Reina-Valera Contemporánea - 2011
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