Los que temen al Señor hablaron el uno con el otro, y el Señor los escuchó atentamente. Luego, en su presencia se escribió un libro de actas para los que le temen y piensan en su nombre.
Mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y los iba acompañanado.-Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.-Mis otros colaboradores, cuyos nombre están en el libro de la vida.-La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón.-Anímense unos a otros día tras día, mientras se diga «Hoy», para que el engaño del pecado no endurezca a nadie.
En el día del juicio, cada uno de ustedes dará cuenta de cada palabra ociosa que haya pronunciado. Porque por tus palabras serás reivindicado, y por tus palabras serás condenado.-Esto lo tengo escrito delante de mi.
Malaquías 3.16; Lucas 24.15; Mateo 18.20; Filipenses 4.3; Colosenses 3.16; Hebreos 3.13; Mateo 12.36, 37; Isaías 65.6.
Versión: Reina-Valera Contemporánea - 2011
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