viernes, 17 de junio de 2011

CON ALAS DE ÁGUILAS

Las palabras de Isaías acerca de esperar pacientemente al Señor se anticipan al futuro con confianza. Desde nuestra posición de prueba esperamos una salvación que vendrá con toda seguridad. Jesús aseguró a sus seguidores: «Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados» (Mateo 5.4).
Sabiendo que nuestro destino es glorioso, lo cual es la segura esperanza del cielo, podemos recobrar el paso aquí en la tierra. Aunque estemos cansados, podemos estirar las alas de nuestra fe y volar. Podemos andar por el sendero de la obediencia sin cansarnos. Podemos avanzar por los días de rutina y no agotarnos. Viene un mundo mejor cuando nuestros espíritus correrán, saltarán y volarán. Esa es nuestra esperanza.
Mientras tanto, lo que será cierto un día puede empezar a ser cierto ahora. Podemos ser firmes, pacientes y gozosos a pesar de sentir un profundo agotamiento; amables y calmados, menos centrados en nuestra fragilidad y fatiga; más preocupados por los demás que por nosotros; listos para decir una palabra de amor a los que están sufriendo. Podemos prepararnos hoy para el día en que nuestras almas alcen vuelo.
-DHR

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