Si trabajas en un ministerio, nunca quites los ojos de Jesús. Vas a caminar sobre las aguas. No te desanimes. El Maestro siempre estará ahí. ¡Nunca permitas que la desilusión sea motivo de fracaso!
A muchos se les olvida que el trabajar en un ministerio significa guerra, guerra permanente con el enemigo. Al que se le olvida esto está en seria desventaja. El reino espiritual es más real que el natural. La guerra espiritual es algo real. Una de las estrategias del enemigo es traer confusión. Es desviar la atención en lo que estás haciendo y meter dudas en tu corazón en cuanto a sí estás haciendo lo correcto, si es el lugar correcto para trabajar, si vale la pena lo que haces. El enemigo es experto en meter dudas en nuestra mente y en nuestro corazón.
Cuando vuelvas a dudar que si debes estar o no en tal lugar, cuando temas fracasar, extiende tu mano a Jesús, y sigue caminando sobre el mar.
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