sábado, 30 de abril de 2011

COMPAÑEROS DE TRABAJO

«Nosotros somos colaboradores de Dios; ustedes son el campo que Dios cultiva,



la casa que Dios edifica.» - 1 Corintios 3.9 - BLPH



Cuando llegó el momento en el que Moisés golpeara la roca en el desierto para obtener agua para los sedientos israelitas, su participación era muy pequeña: sólo golpear la roca. Lo principal era lo que Dios estaba haciendo en el corazón de la tierra para suministrar un abundante río de agua.



Pero ambos trabajaron juntos: Moisés delante del pueblo; Dios en las profundidades ocultas de la tierra. Moisés y Dios eran compañeros de trabajo.



En toda obra fructífera siempre hay dos agentes: trabajadores dispuestos y un Dios fiel. La parte humana es hacer lo que sea que Dios nos haya pedido hacer: golpear la roca. La obra de Dios es que el agua fluya.



¿Estaba Moisés lleno de ansiedad ese día cuando se acercó a la roca, pensando que podía fallar? Lo dudo. Él sólo tenía que seguir al Señor en obediencia. Dios había prometido hacer el resto. Y Moisés había visto hacer milagros poderosos en el pasado.



¿Estás ansioso por la tarea que Dios te ha dado hoy? ¿Crees que todo depende de ti? Sólo tienes que golpear la roca. Dios está obrando en secreto para extraer ríos de agua de todo hombre, mujer y niño (Juan 7.38). Y cuando las aguas vivas comiencen a fluir, alábalo.



Sólo tienes que hacer tu parte y Él hará la suya.

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