lunes, 20 de agosto de 2012

LUZ COTIDIANA

Examinemos nuestra conducta; busquemos al Señor y volvámonos a él.

      ¡Pónme a prueba, Señor! ¡Examíname! ¡Escudriña mis anhelos y mis pensamientos!-¡Mírame! Tú amas la verdad en lo íntimo; ¡haz que en lo secreto comprenda sabiduría!-He estado pensando en mis acciones, y decidí encaminar mis pies hacia tus estatutos. Voy a darme prisa, y sin tardanza cumpliré con tus mandamientos.-Cada uno de ustedes debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y de beber la copa.-Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.-Tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados.-Hermanos, puesto que con toda libertad podemos entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, es decir, de su propio cuerpo, y puesto que tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con un corazón sincero, y con la plena seguridad de la fe, con el corazón purificado de una mala conciencia, y con el cuerpo lavado en agua pura.

      Lamentaciones 3.40; Salmos 26.2; 51.6; 119.59, 60; 1 Corintios 11.28; 1 Juan 1.9; 2.1, 2; Hebreos 10.19-22.

Versión  Reina-Valera Contemporánea - 2011
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