Si la Palabra de Dios ordena una caridad universal, amar a nuestros enemigos como a nosotros mismos, perdonar y orar sin reservas por todos nuestros enemigos, es porque todos los grados de amor son grados de felicidad que fortalecen y alientan la vida divina del alma, y son tan necesarios para su salud y felicidad como el buen alimento es necesario para la salud y la felicidad del cuerpo.
EL PERDÓN ES UNA HABILIDAD QUE TODO CRISTIANO DEBE DOMINAR.
0 comentarios:
Publicar un comentario