jueves, 1 de diciembre de 2011

PARA PENSAR SERIAMENTE

El crecimiento numérico de los evangélicos encierra ciertos peligros, quizás el más obvio es la superficialidad. Gran parte de las iglesias están preocupadas solamente en crecer numéricamente. La cantidad no puede ser levantada como criterio de verdad.

Tenemos que confesar que la cruz ha sido desplazada por una religiosidad que no pasa por la cruz. Algunos líderes han sido cautivados por una suerte de "teologías", sin investigar si éstas son bíblicas.

Se observa que en algunas iglesias las emociones han pasado a ocupar el lugar de la Biblia, es más importante lo que siento que lo que creo; esto es peligroso ya que una emoción tiene que ser reemplazada por otra más fuerte para que tenga efectividad. Ya no somos el "pueblo de la Biblia y del himnario". La Biblia se usa tangencialmente y los cultos se llenan de cánticos que se repiten interminablemente proyectados en una pared.

Debemos reconocer que nuestra tarea principal es una tarea de testimonio genuino, que Dios lo puede transformar en algo trascendente. Yo creo que todavía estamos a tiempo  para mantener la fe, la esperanza y el amor y que Dios por su gracia y su misericordia puede usar a cristianos dispuestos a jugárcela para mantener esa fe, ese amor y esa esperanza en la sociedad.





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