sábado, 27 de junio de 2009

LLENOS DE FRUTOS DE JUSTICIA

Filipenses 1.3-11


La carta del apóstol Pablo a los Filipenses se conoce también como la «Epístola del Gozo». Esta epístola, junto con la dirigida a Filemón, es la más personal de cuantas poseemos del apóstol Pablo. Es el testimonio de un sentir gozoso y de mutua gratitud: de Pablo hacia los filipenses, que lo habían socorrido en momentos muy difíciles para él; y de los filipenses hacia Pablo, agradecidos por la labor que entre ellos había realizado, cuando les visitó durante su segundo viaje misionero.

La Iglesia en Filipos fue la primera que se fundó en Europa, de congregación predominantemente gentil. Esta era una importante "ciudad de la provincia de Macedonia" (Hechos 16.12), y estaba situada sobre la célebre "Vía Egnatia", que comunicaba a Roma con el Asia Menor.

Este texto (Fil 1.3-11) que nos ocupa hoy nos propone una serie de paradigmas que deseo compartir con ustedes. El pasaje refleja una serie de rasgos característicos de la vida cristiana que quiero resaltar, conscientes del papel para el cual el Señor nos ha llamado a desempeñar en nuestro medio.

Como hemos visto, el tema básico de la epístola es el gozo. Un fragmento de una poesía del poeta nicaragüense Rubén Darío, quien, al parecer inspirado en este pasaje, dice: «hemos de estar siempre gozosos, tal dijo Pablo, el elegido, con divina voz, y a través de todos los claros caminos, caminar llevando puesta el alma en Dios». Efectivamente, Pablo pone el alma en Dios, porque sitúa el gozo en el contexto de la oración; dice: «Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por vosotros». El autor de la carta nos invita, como líderes cristianos, a poner nuestra alma en Dios, el sustentador de nuestra fe, a través de una intercesión gozosa. Pablo en toda la epístola se refiere además al gozo de que Jesucristo sea predicado (1.18); el gozo de la fe (1.25); el gozo de ver unidos a los cristianos (2.2); el gozo del sufrimiento por Cristo (2.17); el gozo del encuentro con la persona amada (2.28); el gozo de la hospitalidad cristiana (2.29); el gozo de la firmeza en el Señor (4.1)., Estas son manifestaciones del gozo, todas vigentes para nuestro tiempo y lugar.

Pablo ora también por la comunión de los filipenses. El tema de la unidad es un tema esencial de nuestra fe. El Señor nos está llamando, como líderes de la Iglesia a predicar y a vivir la unidad. El autor de la epístola nos invita a orar y a obrar por nuestra "comunión en el evangelio" , como un punto e arranque para toda la Iglesia. El Señor nos llama a predicar y atrabajar por la unidad en la diversidad, una «comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora», para el beneficio y la propia unidad de nuestro pueblo, razón de ser de la Iglesia; porque como Pablo nos recuerda en el versículo 7, todos nosotros somos participantes con él de la gracia de Dios.

Todo esto, naturalmente no es fácil. El texto también, para ser más real y actual se refiere al sacrificio. En el versículo 6 Pablo dice que confía en que Dios, que comenzó la buena obra en los filipenses, la continúe y complete de tal manera que estén preparados para el «día de Cristo». De modo que el autor considera la vida de cada cristiano como un sacrificio preparado para ofrecerse a Jesucristo, por medio de nuestro prójimo. Es la misma imagen que encontramos en Romanos donde se dice que los fieles ofrezcan sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios (12.1).

Pablo también hace referencia al amor. "Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión..." Y ese amor no es un mero sentimiento, es un amor que ha de crecer de continuo en conocimiento y en percepción sensible, para que seamos más y más capaces de distinguir entre el bien y el mal, por lo cual, el amor tiene un componente de corazón, pero también de comprensión. Y es precisamente en este contexto, en que debemos ver el desarrollo del conocimiento, tarea esencial de la Iglesia. Así, ella misma no es vista como un fin en si misma, sino en el contexto del amor, el cual es siempre camino al conocimiento. A la luz de este pasaje debe quedar claro que el Nuevo Testamento esta tratando de expresar el carácter único de la relación entre el creyente y Cristo, la cual comprende un elemento de conocimiento.
Así el Señor, cuando llegue "el día d Cristo" (v. 10) no nos juzgará por nuestros títulos en teología o por el nivel de nuestro conocimiento, sino por la aplicación de este a nuestras obras de amor. Por esta razón, el texto concluye con una invitación a estar "llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo" (v. 11). "Por sus frutos los conoceréis", dice el Señor en los evangelios. De manera que el conocimiento y la comprensión son caminos que nos acercan al amor de Dios, encarnado en Jesucristo.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Exelente reflexion muchas gracias el SEÑOR siga bendiciendo su vida

Unknown dijo...

❤️❤️

Unknown dijo...

Dios les bendiga y les dè màs sabidurìa cada dia màs y màs . Amèn