...,tienes que esforzarte y ser valiente.
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podrá infundirme miedo?-El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.-Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen, tú, Dios mío, eres la roca de mi corazón, ¡eres la herencia que para siempre me ha tocado!
¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.-El Señor está conmigo; no tengo más miedo de lo que simples mortales me puedan hacer.
¡Por ti derrotaremos a nuestros enemigos! ¡En tu nombre los hundiremos en el suelo!-En todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Levántate y pon manos a la obra, y que el Señor esté contigo.
Josué 1.18; Salmo 27.1; Isaías 40.29-31; Salmo 73.26; Romanos 8.31; Salmo 118.6; 44.5; Romanos 8.37; 1 Crónicas 22.16.
Versión: Reina-Valera Contemporánea - 2011
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