lunes, 15 de agosto de 2011

LAS MISERICORDIAS DE DIOS

Con la destrucción de Jerusalén, Jeremías se lamentaba de la sombra de lo que una vez había sido una gran ciudad y el centro de adoración, ahora devastado por la guerra. «¿No les dice nada a ustedes, los que van por el camino? Miren bien si hay un dolor como el dolor que me aflige, ...» (Lamentaciones 1.12 - BLPH).

Pero Jeremías no permaneció en la desesperación. Reconoció la soberanía de Dios en el sufrimiento. Más adelante en este mismo libro de dolor, el profeta reflexionó: «Pero algo viene a mi mente que me llena de esperanza: que tu amor, Señor, no cesa, ni tu compasión se agota; ¡se renuevan cada día por tu gran fidelidad!» (3.21-23 - BLPH).

¿Alguna vez el dolor o el sufrimiento han hecho que sientas tu vida como una oscura sombra de lo que fue alguna vez? Recuerda, las misericordias de Dios se renuevan cada día. Él sigue obrando de manera compasiva en tu vida para Su gloria y para tu bendición.

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-H. Dennis Fisher



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