En un mundo evidentemente en crisis, los padres necesitamos formar varones piadosos, con carácter, y de éxito. Pero vemos a nuestro alrededor muchos hombres de débil personalidad, frágiles víctimas de las nuevas modas y las corrientes de un mundo lleno de antivalores y maldad. Sin ninguna identidad definida, careciendo de seguridad y firmeza personal, claudicando en todo lo que hacen o emprenden.
Sin embargo, en oportunidades, tendemos a ocultarles esta realidad a nuestros hijos varones ignorando nuestra responsabilidad de educarlos en la verdadera hombría.
La responsabilidad principal de formar hijos varones de honor es de nosotros, los padres varones, y de nuestrtas esposas como ayudas idóneas en esta misión.
Debemos observar muy seriamente sobre la diferencia que hay entre el modelo convencional de la hombría, y lo que enseña la Biblia. Porque no es suficiente lograr una buena posición social, dinero, éxito, etc. En Eclesiastés 2.4-11, leemos que es necesria una causa trascendente por la cual vivir.
1 Samuel 2.12, 22-23; 3.11-14
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