Cuando los demás nos defraudan, en vez de ceder al desaliento, cambiemos nuestro enfoque y recordemos que quienes hemos puesto nuestra fe en Jesús somos hijos de Dios -apreciados y amados por Él.
Cuando los demás te defrauden, mira hacia arriba
Publicado por Luciano Grillo Gutiérrez en 9:19
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