Un creyente con problemas es una persona bendecida por Dios. Sí, ¡realmente bendecida! Si ya no tiene adónde recurrir, si se ha dado por vencida respecto de sí misma y de los demás y si ha comprendido que no hay solución terrenal para sus problemas, esta persona comprenderá fácilmente que solo tiene una esperanza: la presencia de Dios. En realidad, Dios está utilizando los problemas para llevar al creyente a su presencia. ¡Qué persona bendecida! No necesita buscar a Dios, ya que Dios le ha hallado y se ocupará de todo.
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Fuente: Los problemas, la presencia de Dios y la oración, pág. 26
Michael Wells
Abiding Life Press
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