martes, 16 de noviembre de 2010

NUESTRO REFUGIO

«Nuestro Dios es como un castillo que nos brinda protección.
Dios siempre nos ayuda cuando estamos en problemas»
Salmo 46.1 - TLA
La mayoría de las casas están construidas para mantener a sus ocupantes a salvo de las inclemencias del tiempo, pero no las viviendas construidas para la fiesta de Sucot. Durante esta festividad judía, también conocida como la Fiesta de los Tabernáculos, los adoradores habitan en viviendas hechas de hojas y ramas. Un requerimiento es que las estrellas se puedan ver a través del «techo.»
Obviamente, esta vivienda ofrece muy poca protección contra las inclemencias del tiempo. Y ése es el objeto. Vivir en este refugio vulnerable les recuerda a los judíos su dependencia en Dios.
Durante los días del profeta Isaías, las personas alardeaban acerca de un tipo muy diferente de morada; habían hecho de las mentiras su refugio y de la falsedad su escondite (Isaías 28.15). Debido a la dependencia de los israelitas en cosas impías, el Señor les dijo por medio del profeta, «El granizo barrerá el refugio de la mentira, y las aguas cubrirán el escondite» (v. 17).
Sucot nos llama a examinar nuestras vidas para que tengamos la certeza que nuestra seguridad descansa no en mentiras sino en la verdad de Dios. La Fiesta de los Tabernáculos nos recuerda que toda la vida se sostiene por la bondad de Dios.
Cuando hacemos de la verdad nuestro refugio, no hay tormenta que nos pueda amenazar, por cuanto podemos depender de Dios para sostenernos.

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