En un mundo atribulado por la falta de amor y perdón podemos resplandecer como luminarias del amor sobrenatural y del perfecto perdón de Dios. Si así hacemos, la sonrisa y aprobación de Dios estará siempre sobre nuestras vidas, estaremos construyendo un mundo mejor y pasando una herencia de bendición a esta generación y las venideras.
jueves, 16 de octubre de 2014
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