miércoles, 26 de febrero de 2014

EL CONSUELO DEL SEÑOR

Muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para  consolarlas por su hermano.
Juan 11.19

    Marta y María estaban rodeadas de amigos y dolientes que las consolaban cuando murió su hermano Lázaro (Juan 11.19). Más tarde, Aquel a quien más deseaban ver, Jesús, llegó y lloró con ellas (Jn. 11.33-35). La gente exclamó: «Mirad cómo le amaba» (v. 36).

    Ante cualquier clase de pérdida, Cristo siempre nos consuela con su presencia, y nosotros podemos compartir en gran medida su compasión mediante el simple regalo  de acompañar con nuestra presencia a los que sufren.

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