jueves, 13 de junio de 2013

PARA MEDITAR

   Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel  y
justo para perdonarnos los pecados.
1 Juan 1.9

    Desde el momento en que Joseph  Dixon (1827-1869) comenzó a fabricar el lápiz durante la Guerra Civil Norteamericana, el único cambio sustancial en su diseño ha sido la añadidura de un borrador. Considera por un momento a esta única varita para escribir. En un extremo tenemos una punta negra dura, y en el otro, un borrador. Este sencillo instrumento puede usarse para garabatear, calcular fórmulas complicadas, o componer elevada poesía. Pero también puede rápidamente corregir un error, cambiar una cifra, o comenzarlo todo de nuevo.
    Cada día el cristiano graba palabras y hechos en el registro de su historia personal. Pero al reflexionar en lo que ha dicho y hecho, se da cuenta que parte de lo que está escrito no es de la calidad que agradará a nuestro Señor. Recuerda actitudes y acciones que nunca deben ser parte de la vida de un creyente. Sin embargo, estos pecados son perdonados y la comunión con Dios se restablece por medio de la confesión y el arrepentimiento honesto.
    En la primera epístola de Juan, él nos dijo cómo tener un caminar recto y disfrutar de la comunión con Cristo y unos con otros. Pero Juan es realista, y sabía que algunas de las páginas de nuestra composición estarían marcadas por equivocaciones y fallas diarias. Esta es la razón por la que 1 Juan 1.9 es una promesa tan bendita. Nos dice que podemos usar el borrador para la confesión y volver a comenzar.

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