miércoles, 12 de diciembre de 2012

PARA MEDITAR

La verdadera adoración cristiana

     Cuando nos reunimos para cantar alabanzas  a Dios, orar juntos, testificar acerca de nuestra fe en Cristo  y escuchar la predicación   de la palabra de Dios, esto no es todo lo que constituye la adoración; es solo la preparación para la verdadera  adoración. La verdadera adoración se manifiesta en la vida diaria. O toda la vida cristiana es un culto de adoración, y nuestras reuniones de adoración pública formal nos equipan y nos instruyen para esto, o estas reuniones son absurdas, vacías y un insulto a Dios (véase Amós  5.21-24). La verdadera adoración cristiana consiste  en ofrecer nuestra existencia  en la esfera del mundo, como sacrificios vivos a Dios, y al servicio  de los valores  que realmente importan. 

-George Lyons, Santidad en la vida diaria, (CNP), p.91  

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