jueves, 30 de septiembre de 2010

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo"
Romanos 13.9
Cuando Pablo dice que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, quiere decir que debemos tener el mismo cuidado e interés por los demás que el que tenemos por nosotros mismos. Pablo dijo lo mismo de esta manera: "No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Fil. 2.4). Usted debe interesarse en la comodidad, la felicidad, la paz y la alegría de los demás tanto como se interesa en la de usted.
¿De quién es la cara que usted lava por la mañana? ¿De quién es el cabello que usted peina? ¿De quién es la ropa que compra? ¿De las comodidades de quién se preocupa usted? Usted está interesado en su conservación y en su comodidad, y debe interesarse en los demás de la misma manera. Présteles tanta atención como se presta así mismo. Eso es amar a su prójimo como a usted mismo. ¿Quién es su prójimo? Cualquiera que se cruce en su camino. Aunque sea difícil amar a todo el mundo, usted tiene una nueva capacidad para hacer esto (Rom. 5.5).

martes, 28 de septiembre de 2010

CONDUCTAS QUE ABREN TODAS LAS PUERTAS

La amabilidad, la sonrisa, el lenguaje moderado y cordial provocan respuestas positivas y son conductas que abren todas las puertas. Mostrar interés y respeto hacia otro lo hace sentir bien y lo predispone favorablemente.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

HAY QUE DEMOSTRAR AMOR

"Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante" Efesios 5.2 RVC
¿Qué es el amor? ¿Cómo se demuestra? A fin de poder practicar el amor, hay que saber lo que es desde el punto de vista bíblico. A lo largo de las Escrituras, se caracteriza el amor como una acción.
Ante todo, el amor enseña la verdad a otros (Efesios 4.15) y los ayuda en sus necesidades (Hebreos 6.10). Da ejemplo al servir a otros y a alentarlos en su crecimiento (Gálatas 5.13). Cubre los pecados de otras personas (1 Pedro 4.8) y perdona (Efesios 4.32). También el amor soporta los problemas y las idiosincrasias de los demás (1 Corintios 13.7) y el sacrificio por ellos (Juan 15.13-14).
El amor abnegado presenta la verdad espiritual, ayuda y se interesa en los necesitados. Les debemos a todos ese amor y no debemos deberle nada más. Ese es el corazón de la vida cristiana; es el imán que atrae al mundo.

martes, 21 de septiembre de 2010

LA DEUDA DEL AMOR

"No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros;..."
Romanos 13.8 -RVC 2009
Los cristianos debemos amar a todo el mundo en la sociedad. Jesús dijo: "En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros." Juan 13.35 RVC-2009. Nuestro amor los unos con los otros se aplica ante todo a los demás creyentes, nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
Pero unos a otros también se aplica a los incrédulos; todos los incrédulos, y no solo a los que nos son agradables y cordiales. Jesús dijo: "Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen" Mateo 5.44 RVC-2009. El apóstol Pablo dijo: "Hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" Gálatas 6.10
El amor debe ser un rasgo distintivo en su vida. Usted tiene una deuda con todo el mundo, así que cerciórese de que les demuestre amor a todos para que a usted se le conozca como alguien que ama a los demás "entrañablemente, de corazón puro" 1 Pedro 1.22.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

LA PREDICACIÓN ES INDISPENSABLE PARA EL CRISTIANISMO

La predicación es indispensable para el cristianismo. Estas palabras afirman una fuerte convicción personal. Creo en la predicación, y creo que no hay nada mejor dirigido a restaurar la salud y la vitalidad de la Iglesia o a llevar a sus miembros a la madurez en Cristo que la recuperación de la predicación verdadera, bíblica y contemporánea. La tarea de predicar hoy en día es extremadamente exigente, la de buscar construir puentes entre la Palabra y el mundo, entre la revelación divina y la experiencia humana, y relacionar ambas con integridad y pertinencia. Así es cómo nuevamente llega a nosotros el llamado de Dios a permitirnos más tiempo para estudiar y preparar, y a resolver predicar con sinceridad, valor y humildad.
La pregunta que salta a nuestros labios es: ¿quién puede con estas cosa? El privilegio es grande; la responsabilidad, gravosa; las tentaciones son muchas, y las normas son altas. ¿Cómo podemos esperar responder adecuadamente?
Como respuesta, quisiera compartir con ustedes un simple secreto. Lucho conmigo mismo por recordarlo y, siempre que soy capaz de hacerlo, resulta extremadamente útil. Comienza con el hecho negativo del Salmo 139 de que, dondequiera que vayamos, no podemos escapar de Dios, y continúa con la contraparte positiva de que, dondequiera que estemos, "aún allí" su diestra nos conduce y sostiene. Y más aún. Sus ojos están sobre nosotros , y sus oídos están abiertos a nuestras palabras y oración (Sal. 32.8; 34.15; 1 Pedro 3.12). Esta verdad es importante para cada cristiano, pero tiene especial significado para el predicador. Como ejemplos escojo a Jeremías en el Antiguo Testamento, y a Pablo en el Nuevo Testamento.
Jeremías: Tú bien sabes lo que he dicho, pues lo dije en tu presencia (Jer. 17.16).
Pablo: Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos (2 Cor. 2.17). ¡Más bien, hemos estado hablando delante de Dios en Cristo! (2 Cor. 12.19).
En verdad, cuando predicamos, hablamos a los ojos y oídos de seres humanos, y ellos nos desafían a ser fieles. ¿Pero cuánto más es el desafío de tener conciencia de predicar a los ojos y oídos de Dios? Él ve lo que hacemos y escucha lo que decimos. Nada nos hará deshacernos más rápidamente de la pereza y la frialdad, de la hipocresía, la cobardía y el orgullo que el conocimiento de que Dios ve, escucha y toma en cuenta. ¡Qué Dios nos conceda una conciencia más constante y v´vida de su presencia, para la cual todos los corazones están abiertos y ningún secreto encubierto! ¡Dios conceda que que, al predicar, tengamos mayor conciencia de lo que él ve y escucha, más de lo que la congregación ve y escucha, y que este conocimiento nos inspire a ser fieles!
-John R. W. Stott
"La predicación puente entre dos mundos"
Libros Desafío - 2000

martes, 7 de septiembre de 2010

NORMAS BÁSICAS DE RELACIONES HUMANAS

  1. Sea cortés y atento con todas las personas.
  2. Una sonrisa agradable logra maravillas.
  3. Reciba a las visitas cordialmente.
  4. El apretón de manos debe ser sincero y fuerte, nunca flojo.
  5. Retenga en su memoria el nombre de las personas que le presenten.
  6. Cuando hable con alguien mírelo a los ojos.
  7. Hable con seguridad y calma sin alzar la voz.
  8. Huya de la chismografía y no se mezcle en sus asuntos privados y personales.
  9. Evite discusiones, manténgase sereno aunque lo provoquen.
  10. Cuando esté equivocado, admítalo pronto y francamente.
  11. Sea razonable, tolerante y compasivo.
  12. Coopere con prontitud y entusiasmo.
  13. Estimule siempre, alabe con generosidad, critique con tacto.
  14. Agradezca los favores, lo mismo pequeños que grandes.
  15. Cuando dé las gracias, hágalo expresivamente, por cortesía.
  16. Sea optimista, nunca se lamente para que lo compadezcan.
  17. Procure no hacer esperar a nadie, sea siempre puntual.
  18. Haga que se respete su palabra, cumpliendo estrictamente todo lo que prometa.
  19. Sea íntegro, correcto, sincero y leal.
  20. Siéntase orgulloso no sólo de su trabajo sino también de su apariencia.
  21. Procure superarse en su labor y en conducta hoy y siempre.
  22. Irradie amistad, entusiasmo y buena voluntad.
  23. Cuide de su apariencia personal, vístase de acuerdo a la ocasión.
  24. Jamás adule.
  25. Cada uno de nuestros actos define nuestra personalidad.