jueves, 19 de agosto de 2010

A LA MEMORIA DE DANIELA PRAGER DE CALDERÓN

«Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos»
Salmo 116.15
La partida de nuestra querida hermana en Cristo nos trae emociones dobles. La tristeza por una amiga y sierva de Dios que nos deja momentáneamente y la alegría por una hermana que se adelanta al encuentro con el Creador.
«¡Dios bendecirá a los que de ahora en adelante mueran unidos al Señor Jesucristo! Así es, porque ellos descansarán de todos sus sufrimientos y dificultades, pues Dios los premiará por todo el bien que han hecho.» Apocalípsis 14.13 TLA*
Fuimos creados para vivir en dos mundos: la tierra y el cielo. Nuestra querida hermana Daniela ya conoce la realidad de ambos. En su tumba podríamos escribir el siguiente epitafio: «Vivió plenamente, amó a Dios, a su familia, a su prójimo y a la Iglesia del Nazareno. Ahora está con el Señor pero no ha muerto. Los que creen en Jesucristo y viven en el corazón de los que lo conocieron jamás mueren.»
Jesús dijo: «Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre.» Juan 11 25-26 TLA*
*Traducción en Lenguaje Actual.
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