jueves, 29 de octubre de 2015

PARA REFLEXIONAR

TIRA Y AFLOJA
"Llénenme de alegría poniéndose de acuerdo unos con otros, amándose entre ustedes y estando unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad. Mas bien, hagan todo con humildad, considerando a los demás como mejores que ustedes mismos" (Filipenses 2.2-3)

      En escuelas, colegios, clubes sociales, etc., se realizan competencias deportivas interesantes, como la de tira y afloja.Dos equipos entrenan y se preparan para jalar hacia su lado de la cuerda para ganar la competencia, esperando evitar la zanja de lodo que hay entre los dos equipos y obtener el derecho de jactarse en el campo durante una nueva competencia. Para ser una competencia de diversión, puede llegar a ser muy intensa.
        Los creyentes en Jesús a menudo enfrentamos el desafío de aprender a jalar juntos. Los intereses propios, los planes personales  y las luchas de poder se interponen en el camino de un ministerio genuino, y obstruyen la obra de Cristo.
        Ese fue el caso de Pablo a los Filipenses, en la que tuvo que suplicar a Evodia y a Síntique que vivieran "en armonía en el Señor" (4.2). Su fricción personal ponía tropiezo a su servicio espiritual, y su "tira y afloja" estaba haciendo daño a la vida de la Iglesia.
        La apelación de Pablo era que ellas jalaran juntas y trabajaran para honra del Maestro. Es una apelación que nos sirve ben hoy.
         La iglesia no es un lugar para jugar al tira y afloja. Es imperioso que trabajemos juntos para bien del reino de Dios. Él puede usarnos de maneras maravillosas cuando dejamos de lado nuestras diferencias personales y tiramos juntos de la cuerda.
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Un creyente que esté en guerra con otro cristiano no puede estar en paz con el Padre.

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