viernes, 28 de noviembre de 2014

RECUERDA LA RAZÓN POR LA CUAL TIENES UN MINISTERIO

"Aquéllos fueron a ver a Juan y le dijeron: -Maestro, el que estaba contigo al otro lado del río Jordán, aquel del que tú mismo hablaste, ahora está bautizando y todos lo siguen.
Juan les respondió: -Nadie puede recibir nada si Dios no se lo da." Juan 3.26, 27 - NBAD.
 
Juan el Bautista fue un hombre realmente extraordinario porque vivió buscando agradar a Dios más que a la gente.
 
Juan no se preocupó cuando su popularidad empezó a descender (Juan 3.30) por causa de que las personas acudían a Jesús. Juan sabía que eso debía ser así porque sólo Jesús es digno de toda la gloria. Además, Juan entendía que su ministerio era un don de Dios.
 
Todos estamos llamados a predicar el evangelio y vivir para la gloria de Dios en nuestras iglesias, trabajos, hogares, etc. Así que, debemos ser siempre humildes y recordar que no merecemos ni siquiera predicar el evangelio porque hemos pecado y somos salvos por pura gracia (Romanos 3.23; Efesios 2).
 
Lo que hacemos por Dios en realidad es un regalo de Él para nosotros. Esto debe impulsarnos a abandonar compararnos con otras personas. Esto debe llenar nuestros corazones de humildad. A fin de cuentas, un cristiano orgulloso tiene poco o nada de Cristo.
 
-Fuente; Josué Barrios
JOS'BLOG

jueves, 27 de noviembre de 2014

EL HONOR DE SEGUIR A JESÚS

Cuando Jesús llamó a sus discípulos para que lo siguieran (Mateo 4.19), estaba invitándolos a cambiar por Él, a que se le parecieran, a compartir su pasión por aquellos que necesitaban un Salvador. El alto honor de ser un seguidor de Cristo debe manifestarse también en nuestra vida. Asimismo, nosotros somos llamados a captar la atención de un mundo que observa cuando hablamos, pensamos y actuamos como Jesús, el Rabino o Maestro de nuestra alma.

PARA REFLEXIONAR

"Se ha dicho que si alguien desea ser obispo tiene una aspiración noble. Es cierto. Sin embargo, es necesario que tal persona viva irreprochablemente: ha de tener una sola esposa y debe ser moderado, juicioso y respetable; ha de estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe saber enseñar; no debe ser borracho ni pendenciero, sino amable, bondadoso y sin inclinación al dinero; debe gobernar bien su familia y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto, porque no puede cuidar la iglesia quien no puede gobernar su propia familia.
 
El obispo no puede ser un recién convertido, ya que corre el riesgo de enorgullecerse y caer en la misma condenación  en que cayó el diablo; debe tener buena reputación entre los que no son de la iglesia, para que no pase vergüenzas ante ellos ni caiga en una trampa del diablo.
 
Los diáconos, de igual manera, deben ser personas respetables y veraces; no han de ser dados a la bebida ni a los negocios sucios; deben guardar, con conciencia limpia, las grandes verdades de la fe.
 
Primero deben ser puestos a prueba, y después, si no hay nada malo de qué acusarlos, que sirvan como diáconos." 1 Timoteo 3.1-10, Nueva Biblia al Día.

viernes, 21 de noviembre de 2014

LA IGLESIA Y SUS OFICIALES

1 Timoteo 3.1-9
 
 
1 Tim. 3.6.- "...; no un neófito, no sea que envaneciéndose..." Encargar a un recién convertido de ejercer una función de liderazgo equivale a tentarlo para caer en el orgullo. Por esa razón, los líderes deben salir de entre los miembros con madurez espiritual en la congregación.
 
"... caiga en la condenación del diablo". La condenación del diablo consistió en el orgullo con respecto a la posición que se le asignó. Esto resultó en su caída y la pérdida de su honor y autoridad (Is. 14.12-14; Ez. 28.11-19; cp. Pr. 16.18). La misma clase de caída y juicio podrá suceder con facilidad a un creyente nuevo y débil que sea colocado en una posición de liderazgo espiritual.
 
1 Tim, 5.22.- "No impongas con ligereza las manos a ninguno, ..." La ceremonia que afirmaba la disponibilidad y aceptación de un hombre para el ministerio público como anciano, pastor o supervisor, esto procedía de la práctica del Antiguo Testamento de imponer las manos sobre un animal que iba a ser sacrificado con el fin de identificarse con él (Ex. 29., 15, 19; Lv. 4.15; cp. Nm. 8.10; 27.18-23; Dt. 34.9; Mt. 19.15; Hch. 8.17, 18; 9.17; He. 6.2). "con ligereza" se refiere a proceder con esta ceremonia  sin haber hecho una investigación juiciosa, ni pasar por un período de preparación para asegurarse de las calificaciones del candidato (como en 3.1-7).