martes, 26 de febrero de 2013

PODER QUE TRASTOCA

    ¿Qué se necesita para trastocar la buena obra de una iglesia? Sólo a una persona sedienta de poder.

    Cuando se trata de servir a Cristo, no tenemos derecho a buscar poder. No tenemos llamado alguno al prestigio. No tenemos razón alguna para buscar el autoengrandecimiento y el reconocimiento. Cuánto mejor es servir silenciosamente tras bastidores, teniendo en mente que Jesús, nuestro ejemplo, «no vino para ser servido, sino para servir» (Mateo 20.28).

    ¿Eres un pastor? ¿Un maestro? ¿Un diácono? ¿Un misionero? ¿Miembro de alguna iglesia? Si buscas poder, puede que lo obtengas, pero será un poder que trastoque  la buena obra del ministerio de la iglesia.

    Perdemos la aprobación de Dios cuando   buscamos el aplauso de los hombres.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Fuente: J. David Branon
Nuestro Pan Diario