El orgullo es una espada que hiere a la persona que la usa y a aquellos contra quienes se emplea. La soberbia nos roba todo lo que el Señor quiere darnos; sin embargo, «riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor del Señor» (Proverbios 22.4).
La soberbia trae vergüenza; la humildad, sabiduría.
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