martes, 5 de junio de 2012

LUZ PARA EL COTIDIANO VIVIR (11)

 A ti, Dios mío, debemos alabarte en Sion.

      Para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y a quien nosotros pertenecemos; y un solo Señor, Jesucristo.-Que todos honren al Hijo tal y como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.-Por lo tanto, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesús, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesen su nombre.-El que me ofrece alabanzas, me honra; al que enmiende su camino, yo lo salvaré.
      Vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestian ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palmas, y a grandes voces gritaban: «La salvación proviene  de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»-«A nuestro Dios sean dadas la bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, y la honra, el poder y la fortaleza, por los siglos de los siglos.» ¡Amén!.

      Salmo 65.1; 1 Corintios 8.6; Juan 5.23; Hebreos  13.15; Salmo 50.23; Apocalipsis 7.9, 10, 12.

Versión: Reina-Valera Contemporánea - 2011

0 comentarios: