domingo, 24 de enero de 2010

CUANDO NO SEPAS QUÉ CAMINO TOMAR

Cuando los problemas y circunstancias de la vida te confundan y no sepas qué camino seguir, sigue las pisadas del Maestro y permítele marcar el rumbo de tu vida.

lunes, 11 de enero de 2010

COMO PAPEL ARRUGADO

Mi carácter impulsivo, cuando era niño me hacía reventar en cólera a la menor provocación, la mayoría de las veces después de uno de esos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: ¡Estrújala! Asombrado obedecí e hice una bolita.
Ahora -volvió a decirme- déjala como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarla como había estado, por más que traté el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.
El corazón de las personas, me dijo, es como ese papel . . . La impresión que en ello dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
Así aprendí a ser más comprensivo y paciente. Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado.
La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar . . . Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras . . . Luego queremos enmendar el error pero ya es tarde . . . Alguien dijo alguna vez: «Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio.»
Por un impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos en la cara del otro palabras llenas de odio o rencor y luego cuando pensamos en ello nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado en el otro.
Muchas personas dicen: Aunque le duela se lo voy a decir . . ., La verdad siempre duele . . ., No le gustó porque le dije la verdad . . ., etcétera. Si sabemos que algo va a doler , a lastimar, si por un instante imaginamos cómo podríamos sentirnos nosotros si alguien nos hablara o actuara así . . . ¿lo haríamos?
Otras personas dicen ser frontales y de esa forma se justifican al lastimar: Se lo dije al fin . . ., para qué le voy a mentir . . ., yo siempre digo la verdad aunque duela.
«Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada.» Proverbios 12.18a.
Qué distinto sería todo si pensáramos antes de actuar, si frente a nosotros estuviéramos sólo nosotros y todo lo que sale de nosotros lo recibiéramos nosotros mismos. Entonces sí nos esforzaríamos por dar lo mejor y por analizar la calidad de lo que vamos a entregar.
Aprendamos a ser compasivos y pacientes. Pensemos antes de hablar y de actuar.
-Anónimo
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martes, 5 de enero de 2010

EL CARÁCTER DEL HOMBRE QUE DIOS USA

Lo necio de este mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios. 1 Corintios 1.27-28.
Dios es famoso por tomar las cosas comunes y corrientes para convertirlas en extraordinarias. A lo largo de todas las Escrituras, usó hombres comunes para afectar su Reino de formas extraordinarias. Sin embargo, hay una cosa que los hacía distintos. Si los observamos con cuidado, podremos ver algo que tenían en común. Cada uno de los hombres que Dios usaba tenía un corazón sensible, listo para escucharlo, y una vida dispuesta a obedecerlo. Además, todos ellos poseían la integridad necesaria para darle la honra a Dios.
Los talentos y las capacidades no son requisitos previos para que Dios nos use. Los logros, los premios y los reconocimientos no nos aseguran que tengamos utilidad en el Reino; en cambio, un «corazón contrito y humillado» sí (Salmo 51.17). Lo que el Señor mira es el estado del corazón del hombre.
«Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón». Jeremías 17.10
Hay dos cosas involucradas cuando se toma lo común y corriente para hacerlo extraordinario: un hombre, y Dios Todopoderoso en una relación de pacto. Nosotros somos lo común y corriente. Lo extraordinario viene de la naturaleza de Dios. Cuando Él toca se vuelve especial, porque el Creador ha interactuado con su creación.
Cada una de las partes tiene un papel que cumplir en esa relación. Sin embargo, a diferencia del contrato humano, que queda anulado si uno de los firmantes no cumple, Dios nunca falla. Dios sigue siendo fiel, a pesar de nuestra infidelidad. No obstante, hay algunas condiciones que debemos reunir para que Él nos use.
La disponibilidad: el estado de hallarnos listos para que Él nos use.
Puesto que Dios está en todas partes, cualquier situación reúne el potencial necesario para volverse extraordinaria. Su presencia cambia drásticamente las circunstancias. No hay límites en cuanto a lo que pueda suceder. Desde la perspectiva del hombre, ese proceso es inexplicable. Desde la perspectiva del Reino, es la forma normal en la que Dios realiza su voluntad por medio de nosotros.
«Cosas que 0j0 no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.» 1 Corintios 2.9

lunes, 4 de enero de 2010

GRACIA Y PAZ A VOSOTROS

"Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo." (2 Corintios 1.2)
Pablo solía empezar sus cartas con estas palabras de salutación. Y con ellas saludo a mis amigos lectores al comienzo de un nuevo año. No sabría encontrar un texto bíblico más adecuado al iniciar el 2010. Siempre que nos enfrentamos a algo nuevo sabemos que nos hallamos ante una incógnita que sólo el transcurso de días y meses va despejando. ¿Qué nos depararán estos? Probablemente, algunas alegrías, pero también dificultades y sinsabores que pondrán a prueba la madurez de nuestro carácter y el temple de nuestra fe. Vivimos en un mundo demasiado convulso para esperar que todo en nuestra vida sea apacible, fuente de permanente bienestar. Posiblemente también temeremos nuestras debilidades y carencias y, como consecuencia, nos invadirá la ansiedad. ¿Dónde hallar recursos emocionales adecuados para hacer frente a cuanto de inquietante nos pueda traer el año nuevo?
¿Qué deberíamos llevar en nuestro maletín de viaje para nuestra caminata de futuro inmediato y a medio plazo? La respuesta la encontramos en las palabras de Pablo, que superan con creces el valor de un saludo protocolario; son una síntesis admirable de la fe y la experiencia cristiana y constituyen la clave de una vida victoriosa.
Con fe renovada y ánimo robustecido, sean cuales sean las circunstancias que el 2010 pone ante nosotros, día a día digamos con firme acento: AMÉN.
Fraternalmente en Cristo,
Pbro. Luciano Grillo Gutiérrez