jueves, 21 de mayo de 2009

USA EL TALENTO QUE TIENES

Por Luciano Grillo Gutiérrez


En el mundo del espectáculo (radio, televisión, conciertos, etcétera) observamos que los jóvenes actúan derrochando pasión, alegría y dinamismo. Los jóvenes cristianos también están dotados de suficientes facultades físicas, intelectuales y espirituales que no las están utilizando como se debe para el servicio del Señor. ¡Cuánta bendición habría en la iglesia si los jóvenes utilizaran todos sus dones, todo su potencial en la obra de Dios!

Según la parábola en Mateo 25.14-30, el Señor nos ha dado talentos -a unos más, a otros menos- conforme a la capacidad de cada creyente y a la potestad del Espíritu Santo. Pero esos talentos, sean grandes o pequeños, han sido dados para administrarlos bien. ¡Qué hermoso es cantar desde lo más profundo de nuestro ser: «¡Gozo da servir a Cristo, en la vida diaria aquí...!»

No importa si sólo recibiste un don -¡esfuérzate y úsalo! William Barclay dijo: «los hombres no son iguales en talentos, pero sí pueden ser iguales en esfuerzo». Lo poco se multiplica cuando lo ponemos en las manos del Señor.

Un hermoso pasaje de la Biblia nos narra de un jovencito que sólo tenía cinco panes de cebada y dos pescados con los cuales fueron alimentadas cinco mil personas. Ante los ojos de Andrés esos pocos panes y pescados no servían para gran cosa, y dijo: «¿Qué es esto para tantos? (Juan 6.9), y podríamos estar de acuerdo con él, pues, ¿cómo dar de comer con tan poco a tan grande multitud? Pero, qué maravilloso es observar que para los ojos de Jesús, esos cinco panes y dos pescados, fueron más que suficientes para alimentar a todas aquellas personas. ¿Cuál fue la razón por la que esos panes y pescados sirvieran para tan gran propósito? Fueron puestos en las manos de Él. Jesús manifestó una vez más que para Dios no hay nada imposible!

Joven cristiano, el Señor Jesús puede hacer lo mismo con tus talentos, por pequeños que creas que estos sean. Si aún no los has puesto a su servicio, ¡hazlo ahora! Pon todo lo que tienes en las manos de Él. No hay experiencia más gratificante que servir al Señor con todo lo que tenemos y somos. La Biblia dice: «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, que como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (1 Pedro 4.10).

Los buenos mayordomos son aquellos que consagran sus energías, sus dones o talentos, sus recursos y sus vidas mismas al servicio del Maestro.

Es posible que no te hayas dado cuenta del potencial que hay en ti, ni de los dones con que Dios te ha provisto. Ve al Señor en oración y pídele que te muestre cuál es el don que te ha dado para Su servicio.

Él te concederá sabiduría para que sepas usar correctamente ese don que has recibido por su gracia infinita. Santiago escribió: «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Santiago 1.5).

Cuando Salomón asumió su reinado, pidió sabiduría para poder gobernar a ese pueblo tan grande, y Dios se la concedió (1 Reyes 3.5-12). ¿Acaso no hará lo mismo el Señor contigo si se lo pides? ¡Decídete ahora! El cristiano fiel siempre servirá al Señor con disposición y sin tardanza.

La Parábola de los Talentos nos advierte acerca de las consecuencias de no usar bien los dones que Dios nos ha confiado: «Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera, allí vendrán el llanto y la desesperación» (Mateo 25.28-30).

Joven cristiano, siente el gozo inefable de servir al Señor con todo lo que Él te ha dotado. ¡Hazlo ahora que gozas de salud y vigor! El «sacrificio vivo» que Dios demanda (Romanos 12.1) consiste en usar el tiempo, los talentos, los recursos y todo tu ser a Su servicio. ¡No esperes más, apresúrate a usar el talento que Dios te ha concedido!.


No te quedes con los dones que Dios ha puesto en ti, sino se de bendición.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LEA SU BIBLIA DIARIAMENTE PORQUE:

I.- «Sus enseñanzas pueden hacerte sabio, para que aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo» (2 Timoteo 3.15 TLA).

II.- Una vaga intención de leer la Biblia no conduce a nada hasta que usted haga el firme propósito, y lo cumpla, de leerla todos los días.

III.- La lectura diaria y con devoción de la Biblia ayuda al desenvolvimiento de una vida más útil y feliz.

IV.- Perderemos nuestro camino sin la fe y la esperanza que proclama la Palabra de Dios escrita.

V.- Cuanto mayor sea la fe con que usted lea la Palabra de Dios, y cuanto más se apropie usted de su tesoro, tanto mayor será la influencia de sus enseñanzas transformadoras en su vida.

CURIOSIDADES BÍBLICAS

La Biblia es una biblioteca de 66 libros con 1,189 capítulos, 31,173 versículos, 773,693 palabras y 3'536,489 letras.
La Biblia fue escrita por 35 escritores en un período de 1,600 años.
El capítulo más corto es el Salmo 117, y el más largo, el Salmo 119.
El versúculo más corto es Juan 11.35, y el más largo, Ester 8.9.
El capítulo céntrico de la Biblia es el Salmo 118, y el verso central está en el Salmo 118.8.
2 Reyes 19 es igual a Isaías 37, y el Salmo 53 es igual al 14.

viernes, 15 de mayo de 2009

EL LIBRO QUE FORMA LÍDERES

Mahatma Gandhi, patriota y filósofo hindú, es conocido en la historia principalmente como apóstol de la resistencia pacífica. La doctrina de la no violencia, él mismo lo confiesa, llegó a su alma desde las páginas de la Biblia. Oigamos su testimonio:
Tuve conocimientos de la Biblia hace unos cuarenticinco años. No podía encontrar interés alguno en el Antiguo Testamento, pero cuando llegué al Nuevo Testamento, y en particular al Sermón de la Montaña, hizo eco en mi ser algo que había aprendido en mi infancia. Esta enseñanza era la de no buscar la venganza y no devolver mal por mal.
Yo me decía: seguramente no es el cristianismo. No puede ser el cristianismo. Toda imagen que me había formado del cristianismo era algo muy distinto.
Pero el Sermón de la Montaña me demostró mi error. A medida que aumentó mi contacto con los verdaderos cristianos, es decir, con hombres que viven para Dios, vi que el Sermón de la Montaña era todo el cristianismo, para toda persona que quiera vivir una vida verdaderamente cristiana.
El Sermón de la Montaña fue lo que me hizo amar a Jesús de Nazareth. Al leer toda la historia de esta vida bajo tal luz, me parece que el cristianismo aún debe realizarse. En efecto cantamos: "Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra", pero no hay actualmente, ni gloria a Dios, ni paz entre los hombres.
Mientras siga existiendo hambre aún no satisfecha, en tanto no hayamos desarraigado la violencia de nuestra civilización, Cristo no ha nacido aún. Cuando la paz real se establezca ya no tendremos necesidad de demostrarlo: Ésta resplandecerá en nuestras vidas, no sólo individuales sino en el aspecto colectivo.
El Sermón de la Montaña fue el libro que más me reveló el valor de la resitencia pasiva. Me llené de gozo al leer: "Amad a vuestros enemigos, orad, por los que os persiguen."

CREO EN LA BIBLIA

Porque contiene la Divina Palabra.
Porque revela a Dios.
Porque muestra su inspiración divina.
porque representa una historia completa religiosa.
Porque me da poder para dominarme.
Porque sus enseñanzas son necesarias al hombre.
Porque educa al hombre éticamente.
Porque al ignorante lo hace sabio.
Porque renueva el espíritu.
Porque disciplina mi carácter.
Porque me enseña a amar al prójimo como a mí mismo.
Porque convierte el alma.
Porque presenta a Dios en Cristo, mi Salvador.
Porque su escritura inspira a mi vida.

DORCAS UNA CRISTIANA EJEMPLAR

Por Luciano Grillo Gutiérrez
En el puerto de Jope vivía una discípula (seguidora) de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela» y tuvo el honor de ser la única mujer llamada «discípula» en el Nuevo Testamento. Un discípulo es más que un alumno que se sienta para escuchar; es un aprendiz que sigue a su maestro y aprende a su lado. Cabe hacernos la pregunta: ¿Qué cosa había aprendido Dorcas para que se le diese el nombre de «discípula»? Una de las lecciones que ella aprendió fue servir al Señor, pues leemos que «siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres» (Hechos 9.36 TLA).
La Biblia nos enseña que la fe y las buenas obras son como dos amigas que caminan de acuerdo: «La fe sin obras está muerta» (Santiago 2.26), pero a la vez leemos en Roamnos 4.3 que por la fe Abraham fue justificado. Esw decir que nuestra fe en Cristo, para la salvación, no nos hace egoistas, sino que nuestra fe en Dios se manifiesta en buenas obras hacia el prójimo.
Así fue en el caso de quien demostró su fe en Dios, por las buenas obras que hacía para con los pobres, y seguramente su ministerio fue según 2 Corintios 9.6-11 y no según Mateo 6.1-1, porque su memoria era «como manantial de aguas que nunca faltan». Esta discípula fue humilde, pero para sus amigas su memoria fue como «luz en las tinieblas» (Isaías 58.4-11), y hoy día en toda lengua, se habla de Dorcas, la ejemplar costurera cristiana.
Cuando murió, sus amigos perdieron un verdadero ángel ayudador, y después no tuvieron a nadie que les ayudase como ella lo hacía, con «las túnicas y vestidos que Dorcas hacía...» (Hechos 9.39). Pero no todos mueren dejando una memoria de tanta fragancia. El rey Jeroboam es recordado poor el pecado que cometió, «haciendo pecar a Israel» (1 Reyes 16.19). Judas dejó una memoria infame, y Juan le re3cordaba como «el que le entregaba» (Juan 18.2, 5). Dorcas fue conocida como una mujer que «abundaba en buenas obras y limosnas». Y se `pueden multiplicar ejemplos de personas de buena o mala fama de la historia del mundo. Cuando pasemos a la presencia del Señor, ¿qué clase de memoria dejaremos nosotros?
Dios permitió que el apóstol Pedro hiciese un milagro, porque leemos que cuando Dorcas murió, los creyentes en Jope llamaron al apóstol que estaba en Lida. Tal vez habían oído de la curación milagrosa que Pedro había hecho en Lida con el paralítico Eneas, y esperaban otro milagro en el caso de Dorcas. Seguramente querían consolación con su llegada. Con palabras sencillas, Lucas describe el milagro más grande que puede haber. Pedro, después de orar, llamó a Dorcas de entre los muertos, y ella fue resucitada, para seguiri con su vida abnegada y consagrada al servicio de Dios.
Esta sencilla historia nos hace pensar de la bendición que pueden ser las manos consagradas al Señor. En Éxodo 29.20 leemos del rito usado para la consagración de los sacerdotes, antes que sirvieran en el tabernáculo. No solamente sus manos eran cponsagradas con la sangre del carnero, sino sus oídos y sus pies, significando un oído consagrado para escuchar la voz de Dios como Samuel (1 Samuel 3), y pìes consagrados como loos de Job quien era «era ojos para el ciego y pies para el lisiado» (Job 29.15 DHH). La consagración de los pies también significa nuestro diario andar; todo ha de ser tocado con la sangre, hecho santo por el Espíritu Santo. Pero es un pensameinto solemne que estos dones que tenemos que tenemos para usar en el servicio del Re3y de Gloria pueden también ser usados en el servicio del Diablo. En Hechos 7.57 leemos de oídos cerrados al evangelio. Igualmente en 2.23 hay palabras que nos hacen recordar que las manos de los inicuos crucificaron al Hijo de Dios; pero recordemos también que Satanás está listo a enredarnos para que nuestros oídos, manos y pies sean útiles para el mal.
Aprendamos, pues, la lección de Dorcas. Tengamos fe para con Dios, y buenas obras hacia el prójimo, para que cuando termine nuestra vida en esta tierra, dejemos una fragante memoria. Que así sea.

jueves, 14 de mayo de 2009

CÓMO APROVECHARSE DE LA LECTURA BÍBLICA

1. Lea tranquilamente y despacio. No como usted lee un periódico, buscando noticias. Haga de la lectura no una instantánea, sino una exposición de tiempo.

2. Lea con atención y no mecánicamente. Visualice las escenas; saboree las palabras.

3. Lea escudriñando lo que el mensaje de cada día tiene para usted.

4. Lea con disposición interior de responder al mensaje de Dios. Cuando Él condene, acate penitentemente y pida perdón; cuando Él ofrezca ayuda , levante su corazón y confíe; cuando Él mande, obedezca.

5. Subraye los pasajes que golpeen su mente como el hierro al pedernal. Cópielos y repítalos en voz alta. Anote las ideas que estos pasajes le enseñen.

6. Aprenda de memoria algún versículo clave cada día.

7. Fije y guarde definitivamente un tiempo para la lectura diaria.

8. Haga de la lectura un hábito.

GABRIELA MISTRAL Y SU BIBLIA

Como obsequio a la Biblioteca del Liceo de Niñas Nº 6, de Santiago, Chile, la laureada poetisa dejó un hermoso ejemplar de la Biblia en el año 1919. En las primeras y últimas pa´ginas en blanco, ella escribió su confesión de fe en lo que toca a las Sagradas Escrituras. La portada indica que es la "Santa Biblia que contiene los Sagrados Libros del Antiguo y Nuevo Testamento, antigua versión de Cipriano de Valera. Madrid. Despósito Central de la Sociedad Bíblica, 1911". El noble tributo es digno de publicarse como una revelación del alma de una mujer agraciada con el premio Nobel de Literatura, la figura destacada de las letras chilenas.
"Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero. Tú me has enseñado la fuerte belleza y el sencillo candor, la verdad sencilla y terrible en breves cantos. Mis mejores compañeros no han sido gentes de mi tiempo, han sido los que tú me diste: David, Ruth, Job, Raquel y María. Con los míos éstos son toda mi gente, los que rondan en mi corazón y en mis oraciones; los que me ayudan a amar y a padecer. Aventando los tiempos viniste a mí, y yo anegando las épocas soy con vosotros, soy vuestra como uno de los que labraron, padecieron y vivieron vuestro tiempo y vuestra luz.
¿Cuántas veces me habéis confortado? Tantas como estuve con la cara en la tiertra. ¿Cuándo acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres? Por David amé el canto, mecedor de la amargura humana. En el «Eclesiastés», halle mi viejo gemido de la vanidad de la vida, y tan mío ha llegado a sere vuestro acento que ya ni sé cuando digo mi queja y cuando repito solamente la de vuestros varones de dolor y arrepentoimiento. Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres. Siempre me eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio, y tu sinceridad es la única en que no hallo cualquier día pliegue, mancha disimulada de mentira. Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos, y yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de los Números.
Los sabios te parten con torpes instrumentos de lógica para negarte; yo me he sentado a amarte para siempre y a apacentar con tus acentos mi corazón por todos los días que me deje mi dueño mirar su luz. Los profesores llenan de cifras y sutilezas tu margen; tarjan y clasifican; y te amo. Me basta con latir a tu sombra, me basta con hacer vivir para gozo de mi corazón tus hombres y tus mujeres. Tu resplandor, sin que me lo mostraran lo miré. Ninguna hora me lo ha apagado; de ninguna sabiduría salí desdeñándote o desconociéndote. La voz que suba sobre el lamento de Job me llevará tras de sí. ¿Cuál será esa voz? El pedagogo que me empañara, la mujer fuerte de los Proverbios, se llevaría mi corazón. ¿Dónde está? El que me hiciera llorar con mayor río de dulzura que las Bienaventuranzas te venciera en mi corazón. Pero yo no lo he visto y estoy en la mitad de mis días.
Canción de cuna de los pueblos, eterna nodriza con candor y sabiduría, te necesito para siempre. No me dejes.
Siempre seré demasiado niña para que me parezcas ingenua; siempre me bastarás hasta colmar mi vaso hambriento de Dios."
Los que alaban el genio primoroso de Lucila Godoy deberían reconocer la fuente de su inspiración poética y de su fervor místico. Ella ha declarado que el tesoro común de católicos y evangélicos es la Biblia. En este conjunto de escritos, se contempla la vida desde el punto del criterio de Dios. La Biblia es el lazo de comunión entre el Espíritu Divino y los espírituos selectos de la tierra. Si la mejor escritora chilena de la época ha cultivado su alma sensitiva por medio de la lectura meditada del Libro de los Libros, ¿cuánto más no necesitamos nosotros este ligazón sagrado entre el hombre y el Cristo que sus páginas ensalzan?

miércoles, 13 de mayo de 2009

ENTRAD Y POSEED LA TIERRA

Por Luciano Grillo Gutiérrez

«Por Jehová son ordenados los pasos del hombre...» dijo el salmista (Sal.37.23). Comentándolo Muller dijo: «También a veces, son ordenadas sus paradas».

Jehová ordenó a los israelitas una estadía de casi un año al pie del monte Sinaí, en Horeb. El pueblo se sentó a los pies de su Dios para aprender lecciones maravillosas. Empero no iban a quedarse allí para siempre. El apóstol Pedro habló por muchos cuando dijo: «Señor, ¡qué bueno que estemos aquí! (Mat. 17.4 TLA). ¡Cuántos cristianos permanecen en estado de niñez espiritual en lugar de ir hacia adelante a la perfección! Heb. 5.12; 6.1) Al llegar a cierto punto, la única manera de aprender más es poner por obra lo que ya sabemos. De otro modo, nos encontramos con el peligro de siempre, aprender y nunca poder llegar al conocimiento de la verdad. Platón dijo: «El que aprende y aprende, y no practica lo que sabe es como el que ara y nunca siembra».

La voz del Señor viene a nosotros en estos días: «Habéis estado bastante tiempo en este monte... entrad y poseed la tierra» (Deut. 1.6, 8). La tierra prometida no es una teorìa que se debe aprender, es un terreno que se debe apropiar.

"Bastante habéis rodeado este monte" (Deut. 2.3).

Habiendo los israelitas emprendido el viaje otra vez desde Horeb hasta la tierra prometida, su falta de fe los hizo rodear otro monte. Llegaron hasta la misma frontera de la tierra de sus esperanzas, oyeron el informe de sus glorias, gustaron los frutos deliciosos de sus valles, empero, ¡oh, las dificultades! Desmayaron y se quedaron en Cades por muchos días. Dieron rodeos alrededor del monte Seir. Anduvieron, sin adelantar.

Nos confronta el peligro del estancameinto espiritual, del servicio rutinario, a causa de las dificultades encontradas al emprender nuevas maneras de servir al Señor. Hay iglesias que no han dado ni un sólo paso adelante por largo tiempo. Han mantenido las actividades de costumbre, pero siempre con las mismas veinte o treinta personas. Siguen evangelizando a los evangelizados. ¿Nunca se les ocurre la idea de suspender una reunión para irse a las plazas y las calles de su pueblo y traer a los pobres, los mancos, cojos y ciegos a Cristo? (Luc. 14.21). ¿Alguna vez han cancelado todas las reuniones de un domingo para salir juntos como iglesia, hablando personalmente con cada individuo en elcamino, repartiendo folletos, hasta llegar al pueblo vecino? Entonces, una vez en el peublo, visitar de casa en casa, terminando con una reunión en un lugar conveniente, sea en la plaza, o en un salón o garaje ofrecido por un interesado?

Dios habla de este evangelismo rural por medio del profeta Zacarías (8.21): «Vendrán los habitentes de una ciudad a otra y dirán "¡Vamos a implorar el favor de Jehová y a buscar a Jehová de los ejércitos", y se les contestará: "¡Yo también iré!". El mensaje se da al pueblo entero, aunque a veces solamente uno responde. Uno por uno reciben el evangelio y se convierten de los ídolos al Dios viviente y verdadero. El grupo de evangelismo, planenando bien su trabajo, y presentádolo todo a Dios en oración, puede alcanzar a mucha gente en forma efectiva.

Lo acontecido en otros lugares nos debe de servir de adevertencia. Cuando se prohibe toda reunión religiosa en cualquier lugar, y se considera como tal la invitación de cuatro o cinco amigos a la casa para leer las Escrituras y adorar a Dios, entonces la oración privada, el culto familiar y el evangelismo personal alcanzan la importancia que siempre han merecido. Pero, ¿por qué esperar hasta entonces?

Cuando se prohibe el uso del del correo para la correspoondencia que implica la propaganda religiosa, muchos desearán escribir a sus amigos y pareintes acerca de Cristo, anhelárán enviar algunas de las publicaciones de la Iglesia a pueblos que no han podido visitar o evangelizar. Pero, ¿por qué esperar hasta que sea demasiado tarde?

Cuando vengan días en que habrá hambre en la tierra, no hambre de pan, sino de oir la palabra de Dios (Amós 8.11), en que las Biblias se queden en las aduanas por estar prohibida su entrrada al país, entonces vamos a querer con ansiedad poner un Nuevo Testamento o una porción de las Escrituras en manos de unn amigo o un familiar. Pero, ¿por qué no hacerlo ahora? ¿Por qué no tabajar en cada iglesia, en cada pueblo, de tal modo que no quede persona que sepa leer sin un ejemplar de las Escrituras?

"Bastante habéis rodeado este monte" "Subid y poseed la tierra". Hay suficientes creyentes cristianos en cada pueblo los que, llenos del Espórotu Santo, podrían alcanzar a toda criatura por medio del evangelismo personal, teniendo por sencilla meta dejar en cada pueblo uno o más hogares donde se celebren cultos cada semana.

"Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite" (Heb. 6 y.3).